martes, 30 de julio de 2013

Cultura de la solidaridad

Tres preguntas de la prensa 
al autor de este blog



El Papa Francisco en Copacabana, el 28-VII-2013

Francisco ha aunado en la Jornada Mundial de la Juventud los valores humanos y los cristianos a la hora de transmitir un mensaje de fe y de esperanza


¿Cuáles han sido las claves de esta JMJ?

     - Un acontecimiento así no puede encasillarse en unas pocas claves. Si nos fijamos en lo que subrayó sintéticamente el Papa Francisco en la Radio del arzobispado de Río de Janeiro, podríamos hablar de la 'cultura de la solidaridad', como palabra que aúna los valores humanos y los cristianos, por oposición a una 'cultura de la exclusión' de los niños, de los jóvenes, de los ancianos y de otras personas más débiles.

     Las claves más importantes quizá se deducen de los gestos del Papa, que traducen sus actitudes de fondo, a la hora de transmitir un mensaje de fe y de esperanza, especialmente para los jóvenes. Ha querido dejar la certeza de que vale la pena dedicarse a promover la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio.


¿Qué destacaría de los mensajes que el Papa Francisco ha transmitido a los jóvenes?

    Decía que las primeras palabras y las más importantes del Papa Francisco han sido, como suelen ser, sus gestos y actitudes. Es decir, su actitud de oración y adoración ante la Virgen Aparecida y en medio de la alegría festiva de la liturgia; su cariño con la gente, su entusiasmo mientras propone a los jóvenes la revolución más grande que jamás ha existido, que es la revolución del Evangelio, la revolución del amor.


¿Qué balance hace de esta JMJ?

     Conviene tener en cuenta que Brasil, además de ser el país con más católicos del mundo, es uno de los más grandes países de América y a la vez se ha configurado históricamente a partir de África; por tanto conserva las raíces humanas y culturales de allí (por ejemplo la alegría y la danza, como se notó especialmente en la Misa en Copacabana). También está asumiendo lo mejor de las aportaciones intelectuales de Europa, precisamente a través del cristianismo (pienso por ejemplo en la aportación alemana en las zonas sureñas); y ahora está integrando muchos elementos asiáticos.

    En este mosaico tan plural, que ha superado tantos problemas y tiene tantas necesidades, el Papa Francisco ha realizado ante los jóvenes algo así como una "rehabilitación de la política" como tarea de servicio. Ha invitado a todos, particularmente a los cristianos, a abrirse a los demás. Ha ido a fondo, especialmente en el Via crucis con los jóvenes y en el encuentro con los cardenales y los obispos (*), por lo que se refiere a la responsabilidad de los católicos. Y todo esto, en la línea del Concilio Vaticano II y cuanto allí se planteó. El camino hacia Cracovia, donde tendrá lugar la JMJ de 2016, está, pues, trazado en esta línea, como dice la primera encíclica de este Papa: la capacidad iluminadora, dialogante y transformadora de la fe cristiana, precisamente por vivir del amor.


(publicado en www.abc.es y otros periódicos digitales, 28-VII-2013)

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(*) Me refería al Encuentro con los cardenales y obispos brasileños el 27 de julio. Posteriormente se difundió también el texto de otro discurso, igualmente importante. Tuvo lugar al día siguiente, en el encuentro con el Comité de coordinación del CELAM. Así que ahora habría que decir: "...en los encuentros con los cardenales y obispos..."

lunes, 29 de julio de 2013

"Yo soy de allí". Tocar la Cruz

Eu sou de là, cantada ante el Papa Francisco 
por Fafá de Belém, el 26 de abril de 2013

“Yo soy de allí, donde un solo día vale la vida que viví”. Cualquier cristiano ha podido decir eso, y más estos días, unido a la “fiesta” de Brasil. Como puede y debe decirlo, unido por la Cruz a los que pasan por tiempos oscuros (también estos días a raíz del accidente ferroviario en Santiago de Compostela).

     En el paseo marítimo de Copacabana, Río de Janeiro, un millón y medio de personas ha acogido al Papa Francisco. Y ha sonado una canción de Pará, región del norte: “Yo soy de allí…” En Belém de Pará hay una procesión en la que multitudes acompañan a la Virgen, unidas a una gruesa soga que representa sus afanes, sus alegrías y sus penas. Todos se sienten bien unidos entre sí porque van unidos a Ella.

Bella imagen de la catolicidad.

viernes, 26 de julio de 2013

Un "decálogo" para la educación en la fe

Pensemos en un piano, cuya estructura y funcionamiento debe conocer el artista suficientemente para hacer su música. 

     Nuestra época requiere un “salto de calidad” en la educación de la fe vivida. Benedicto XVI acuñó la expresión “urgencia educativa” para la situación actual (cf. Mensaje a la Diócesis de Roma sobre la tarea urgente de la educación, 21-I-2008); y se refirió concretamente al “analfabetismo religioso” que se extiende en nuestra sociedad (cf. Homilía 5-IV-2012).

     Pues bien, así como en la educación han de reflejarse las dimensiones de la persona, en la “educación de la fe” deben reflejarse adecuadamente los elementos, contenidos y dimensiones de la fe cristiana. Pensemos en un piano, cuya estructura y funcionamiento debe conocer el artista suficientemente para poder hacer su música: debe conocer las teclas, los acordes, las posibilidades para lograr una buena armonía.

lunes, 22 de julio de 2013

La vida nueva de la fe

M. Chagall, La vie (1964)
Gallerie Maeght, Saint Paul de Vence (Francia)

La vida era el interés principal de los románticos, como reacción que destaca los sentimientos, ante los esquemas puramente ideales o racionalistas. Sin embargo, con frecuencia los románticos no supieron integrar otras dimensiones de la persona, como la razón, la transcendencia y la apertura a Dios y a los demás.

     Como muestra la encíclica Lumen fidei, la vida cristiana, cuando es auténticamente “vivida”, asume los anhelos más profundos y también los más existenciales de las personas.

     La fe cristiana no arrebata la novedad y la aventura a la vida. Al contrario, ilumina la existencia humana en todas sus dimensiones; algo que no puede hacer el sol, cuyos rayos no transpasan las sombras de la muerte (cf. nn. 1 y 2). La fe es, pues, luz que hace vivir. No solo en el sentido de facilitar la vida humana, sino que lleva a una “vida nueva”. ¿Cómo es esa vida? ¿Es una vida que requiere “renunciar” a la vida “normal y corriente”?

sábado, 20 de julio de 2013

La vida humana como don

La vida no es un añadido a la existencia humana, sino el ser mismo de cada persona. Como la persona no es instrumentalizable, no se debe manipular ni suprimir para producir otra cosa. La fe cristiana confirma que nuestra vida es don de Dios que se ha de convertir en don para los demás.

     La vida humana no es un estado mental o de conciencia que permitiría hablar simplemente de un grado superior de vida añadido a la vida animal; sino, como explica Spaemann siguiendo a Aristóteles, el “ser” mismo de los hombres. 

miércoles, 17 de julio de 2013

Globalización de la indiferencia, anestesia del corazón

Flores echadas por el Papa Francisco al mar en Lampedusa, 
en recuerdo de los inmigrantes fallecidos

El primer viaje del Papa Francisco ha sido un viaje penitente, para pedir perdón por lo que ha llamado la “globalización de la indiferencia” y la “anestesia del corazón”. Es este un aldabonazo a la conciencia de nuestra civilización occidental, y antes que nada –puesto que las conciencias son ante todo de las personas- de cada uno de nosotros.

     En el campo de deportes “Arena”, de Lampedusa, pequeña isla entre Sicilia y África, el 8 de julio el Obispo de Roma ha confesado que el pensamiento de los inmigrantes muertos en el mar ha sido para él “como una espina en el corazón que causa dolor”. Sintió que tenía que ir a rezar y realizar un gesto de cercanía, “pero también a despertar nuestras conciencias”. Quiso proponer algunas palabras que “remuevan la conciencia de todos, nos hagan reflexionar y cambiar concretamente algunas actitudes”.

domingo, 14 de julio de 2013

La vida humana a la luz de la vida divina

P. Bonnard, La sinfonía pastoral (1916-1920)

“Cuando la fe se apaga se corre el riesgo de que los fundamentos de la vida se debiliten con ella” (encíclica Lumen fidei, n. 55)

     JuanPablo II, en su encíclica Evangelium vitae (1995), toma en serio la declaración del Evangelio de San Juan de que la vida es algo divino en sentido fuerte, es un atributo del ser divino: “En Él [el Verbo=el Hijo de Dios] estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron” (Jn 1, 4-5).

lunes, 8 de julio de 2013

La fe, luz que hace vivir

¿Es la fe una luz “ilusoria”, es decir, irreal, engañosa e inútil, un sentimiento meramente subjetivo y oscuro, que no tiene valor de conocimiento ni proporciona certezas? ¿Es la fe cristiana algo que arrebata la novedad y la aventura a la vida? ¿Es un espejismo que nos impide avanzar con libertad hacia el futuro?

     He aquí algunas de las preguntas a las que responde, desde su introducción, la encíclica “Lumen fidei” (29-VI-2013), primera del Papa Francisco.

     En ella se plantea la fe como un don que ilumina toda la realidad humana, dándole pleno sentido, y que atraviesa incluso las sombras de la muerte. “Deseo –escribe el Papa– hablar precisamente de esta luz de la fe para que crezca e ilumine el presente, y llegue a convertirse en estrella que muestre el horizonte de nuestro camino en un tiempo en el que el hombre tiene especialmente necesidad de luz” (n. 4).

miércoles, 3 de julio de 2013

Revolución de gratuidad y de generosidad

El discurso de los 100 días


En la semana en que se cumplían los 100 días de su pontificado, el Papa Francisco se ha dirigido a la Asamblea Diocesana de Roma, y ha desarrollado la expresión de San Pablo: “Yo no me avergüenzo del Evangelio”. Ha explicado que la fe cristiana vivida es una revolución porque cambia el corazón. La condición es que sembremos con nuestro testimonio, con gratuidad y esperanza, anunciando el Evangelio a todos, especialmente a los más necesitados.