Hace pocos días me he encontrado con una de esas películas no tan recientes, que muchos no conocen. Como escribió el crítico de cine Rogert Ebert sobre “La invención de Hugo” (Hugo, M. Scorsese, 2011), es un film en 3D, fruto de que un gran artista –su director– haya podido disponer de todos los instrumentos y recursos necesarios para hacer una película acerca de las películas. Y a la vez, una fábula fascinante para (algunos, no todos) niños, como prueba del corazón que el artista ha puesto en su obra.
(Ver tráiler).
En efecto, se trata de un relato amable y sugerente, en parte histórico y en parte autobiográfico, casi como un cuento que puede hacer las delicias de muchos niños y de muchos otros que sean capaces de mirar como ellos; especialmente si son amantes del arte y del cine, de la música y de la fotografía, de los libros y de las historias.
(Ver tráiler).
En efecto, se trata de un relato amable y sugerente, en parte histórico y en parte autobiográfico, casi como un cuento que puede hacer las delicias de muchos niños y de muchos otros que sean capaces de mirar como ellos; especialmente si son amantes del arte y del cine, de la música y de la fotografía, de los libros y de las historias.