Páginas

martes, 29 de mayo de 2018

Notas de la santidad en nuestro tiempo


Teniendo en cuenta los “rasgos y límites de la cultura de hoy”, el capítulo cuarto de Gaudete et exsultate destaca “algunas notas de la santidad en el mundo actual”.

Cabe recordar que la mayor parte de los cristianos están llamados a la santidad a través de su vida ordinaria, es decir del trabajo y de la familia, de sus relaciones de amistad y de sus actividades sociales y culturales, de su tiempo de ocio y descanso, de sus alegrías y de sus penas.

De hecho, ya en el capítulo primero, Francisco señala: “¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos”. “¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia”. “¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús” (n. 14) Y se refiere a una “espiritualidad del trabajo” y a “una espiritualidad de la vida familiar” (n. 28), como formas de la común espiritualidad cristiana. “El Señor nos habla –escribe en el último capítulo– de modos muy variados, en medio de nuestro trabajo, a través de los demás, y en todo momento” (n. 171).

lunes, 21 de mayo de 2018

El corazón de la santidad


Ha escrito el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, que el corazón de la exhortación del Papa Francisco (Gaudete et exsultate) sobre la santidad es el discurso de las bienaventuranzas y la parábola del juicio final. Así es, no solo porque ocupan el capítulo central (tercero) del documento, sino porque muestran el rostro de Cristo y por tanto, el rostro de la santidad del cristiano.

Las bienaventuranzas constituyen, en efecto, con expresión del Papa, “el carnet de identidad del cristiano”.

Sostiene Jacques Philippe que el texto de las bienaventuranzas “contiene toda la novedad del Evangelio, toda su sabiduría y su fuerza para transformar en profundidad el corazón del hombre y renovar el mundo” (J. Philippe, La felicidad donde no se espera: meditación sobre las Bienaventuranzas, Rialp, Madrid 2018).

viernes, 18 de mayo de 2018

Redescubrir la encíclica "Lumen fidei"




En el V aniversario de la encíclica Lumen fidei y en el horizonte, ya cercano, del Sínodo sobre "los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional" (octubre 2018), se ha publicado un nuevo libro.

Lumen fidei es una encíclica singular: por el hecho de haberse escrito «a cuatro manos», entre el papa Benedicto y el papa Francisco, porque se publicó en un momento especialmente significativo en nuestra Iglesia (en el marco del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI, en el 50 aniversario del Concilio Vaticano II y en el 20 aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica) y sobre todo porque incide en la apremiante necesidad de iluminar con la luz de la Fe y del amor un mundo convulso y oscurecido. Creer en el amor es, verdaderamente, lo que el Espíritu Santo promueve en nosotros y el motor de toda conversión. Los catorce artículos que reúne este libro, coordinado por Ramiro Pellitero, profesor de Eclesiología y de Teología Pastoral en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, contribuyen a leer y profundizar en la encíclica desde tres perspectivas: Fe y razón, Teología y vida cristiana e Historia y arte. Un excelente material para discernir y desarrollar nuestra vocación cristiana.

                                                                             * * *

sábado, 5 de mayo de 2018

Primero Dios

Entre nosotros solemos decir “Dios mediante” y también “gracias a Dios”. Un modo de hablar que manifiesta nuestras raíces cristianas. En otros lugares como México y países centroamericanos se dice: haré esto o lo otro “primero Dios”; o logré esto “Dios primero”. Esto me ha dado que pensar mientras repasaba el capítulo segundo de la exhortación Gaudete et exsultate, de Francisco, sobre la santidad.

Señala ahí el Papa “dos sutiles enemigos de la santidad” (apoyándose en su predicación anterior y en la carta Placuit Deo, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 22-II-2018): el gnosticismo y el pelagianismo actuales. Son –afirma Francisco– dos formas de antropocentrismo, disfrazado de verdad católica.

No es un tema nuevo en el pontificado de Francisco. Refleja también las enseñanzas de su predecesor. Ya en unos ejercicios espirituales que Joseph Ratzinger predicó en 1986 (y que más tarde se publicaron como libro con el título “Mirar a Cristo”) se refería al pelagianismo en una doble modalidad: “pelagianismo burgués” de los que pretenden no necesitar de Dios, y “pelagianismo de los piadosos” que cultivan una falsa oración carente de humildad y que estarían, estos últimos, representados por los fariseos del Evangelio. Tres años después, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó la carta Orationis formas, donde advertía del riesgo de confundir la oración cristiana con algunos métodos de meditación transcendental, y aludía a los gnósticos de los primeros siglos.