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viernes, 1 de junio de 2018

Combate espiritual y discernimiento

En una ocasión visité la abadía de Melk, en Austria. Me llamó la atención, en el retablo de la iglesia, una enorme corona dorada sostenida por ángeles con esta inscripción: “Nadie puede conocerse a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni puede vencer si no ha luchado, ni puede luchar si carece de enemigo y de tentaciones” (San Agustín, Comentario sobre el salmo 60).

A la vez, los cristianos, para calibrar la realidad de su situación ante Dios y en cada momento de la vida, necesitamos del discernimiento, tanto desde el punto de vista personal como familiar, social y eclesial

El último capítulo de la exhortación Gaudete et exsultate plantea estos dos medios imprescindibles para todo cristiano que desea seguir seriamente la llamada a la santidad: el combate espiritual y el discernimiento.