Punto de encuentro para educadores, catequistas y personas interesadas en la formación cristiana
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miércoles, 26 de febrero de 2020
De héroes, reyes y gente corriente
Tatyana Kasatkina (1), experta en Dostoyevsky, dice que los jóvenes actuales están redescubriendo a este grande de la literatura universal. ¿Y por qué? Porque Dostoyevsky les ofrece “modelos de comportamiento orientados a hacer que el hombre piense, exista y se relacione con el mundo de un modo nuevo”.
Los jóvenes –continúa explicando– se hacen, hoy como siempre, preguntas fundamentales, de este tipo: "¿Qué relación se da entre el hombre y el mundo, y cómo se construye esa relación? (...) ¿Qué produce en el mundo la aparición de un nuevo ser humano? (...) ¿Cómo cambiar el mundo? (...) ¿Qué significa 'cambiar el mundo cambiando uno mismo'? ¿Y por qué debo ser yo mismo el instrumento de apoyo para producir un cambio y obtener un resultado que vaya mucho más allá de mi mero cambio personal? ¿Por qué el sacrificio de sí, el donarse totalmente (es decir, salir de los confines de uno mismo), no lleva a una reducción sino al contrario, a un incremento de mí mismo que coincide con mi realización? ¿Cómo puede el don de sí crear vínculos con los demás e influir en el mundo? (...) ¿Cómo poder darlo ‘todo’ cuando no se tiene ‘nada’?"
sábado, 22 de febrero de 2020
Educar: compromiso, pasión, integración
La educación es tarea, arte y realidad dinámica, con dimensiones individuales y sociales. Hoy necesitamos una educación humanista de calidad y para todos. Esto precisa renovar el compromiso, la pasión y el esfuerzo para lograr una educación más integrada, abierta e incluyente. Es lo que ha desarrollado Francisco en un discurso a la Congregación para la Educación Católica (20-II-2020), en el marco de los trabajos relacionados con el "Pacto Educativo Global" (Instrumentum laboris, 2020) y la Jornada Mundial de la Educación por él convocada para el próximo mes de mayo*.
sábado, 15 de febrero de 2020
Sueños de esperanza
La exhortación “Querida Amazonia” (2-II-2020) tiene la forma de una carta impregnada de afecto y preocupación por esa región, que el sucesor de Pedro ve como un “misterio sagrado”: un lugar donde late y se manifiesta la vida divina, también con provecho para otras regiones.
Su punto de vista es el propio de la fe cristiana y de la misión de la Iglesia. Ella se sabe impulsada y como vivificada por la Encarnación de Hijo de Dios para llevar la luz y la riqueza de la vida divina a las culturas: “Todo lo que la Iglesia ofrece debe encarnarse de modo original en cada lugar del mundo, de manera que la Esposa de Cristo adquiera multiformes rostros que manifiesten mejor la inagotable riqueza de la gracia” (n. 6).
Desde ese background, Francisco enuncia sus cuatro “sueños” desgranados en los respectivos capítulos. Esos sueños son paralelos a los “diagnósticos” que en su momento hizo el sínodo de Oceanía. Son, por tanto “sueños” que recogen el trabajo de muchas personas y proceden de un discernimiento eclesial. Son, ahora, los “ sueños" del sucesor de Pedro, sus deseos, sus esperanzas, sus orientaciones, al retomar lo que ve y siente que Dios dice a la Iglesia, para fortalecerla y guiarla en su caminar. Son sueños estrechamente conectados desde la centralidad de Cristo, redentor del hombre y del mundo. Brotan de la Fe, de la Esperanza y del Amor que dinamizan al Pueblo de Dios en este momento histórico.
Su punto de vista es el propio de la fe cristiana y de la misión de la Iglesia. Ella se sabe impulsada y como vivificada por la Encarnación de Hijo de Dios para llevar la luz y la riqueza de la vida divina a las culturas: “Todo lo que la Iglesia ofrece debe encarnarse de modo original en cada lugar del mundo, de manera que la Esposa de Cristo adquiera multiformes rostros que manifiesten mejor la inagotable riqueza de la gracia” (n. 6).
Desde ese background, Francisco enuncia sus cuatro “sueños” desgranados en los respectivos capítulos. Esos sueños son paralelos a los “diagnósticos” que en su momento hizo el sínodo de Oceanía. Son, por tanto “sueños” que recogen el trabajo de muchas personas y proceden de un discernimiento eclesial. Son, ahora, los “ sueños" del sucesor de Pedro, sus deseos, sus esperanzas, sus orientaciones, al retomar lo que ve y siente que Dios dice a la Iglesia, para fortalecerla y guiarla en su caminar. Son sueños estrechamente conectados desde la centralidad de Cristo, redentor del hombre y del mundo. Brotan de la Fe, de la Esperanza y del Amor que dinamizan al Pueblo de Dios en este momento histórico.
lunes, 10 de febrero de 2020
El lenguaje de la evangelización
La fe cristiana mantiene que Dios ha hablado con el hombre. Lo ha hecho pedagógicamente desde antiguo, primero eligiendo un Pueblo para comunicarse con él tomando pie de los acontecimientos de su historia. En la Sagrada Escritura se contiene el testimonio de esa autocomunicación de Dios que preparaba su manifestación plena en Jesucristo. Él es el Hijo eterno de Dios Padre, su Palabra hecha carne, hecho hombre, el lenguaje de Dios plenamente manifestado en la historia, por la acción del Espíritu Santo, y por eso es la “buena noticia” (=Evangelio). Por eso es importante conocer el contexto cultural e histórico de los Evangelios.
Hoy la Palabra de Dios sigue haciéndose lenguaje humano por muchos caminos. Siguiendo el "principio" o la “ley de la Encarnación”, los cristianos hemos de anunciar a Cristo ante todo viviendo en unión con Él, haciendo carne propia la vida de Cristo para el mundo. Nuestra primera palabra es nuestra vida, el testimonio de lo vivido cotidianamente.
Educación de calidad para todos
En otros términos, se pide que se recomponga el “pacto educativo” entre familia, escuela e instituciones sociales, culturales, religiosas, etc., de modo que haga posible una educación de calidad para todos.