El mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, del 1 de enero de 2021 se titula “La cultura del cuidado como camino de paz”. Ya por el título vemos que se sitúa en la estela del pontificado cuyo bing-bang se dedicó a ese mismo tema, el 19 de marzo de 2013. Pues, en efecto, la homilía de inicio del ministerio petrino giró en torno a la tarea de custodiar y servir, vista en san José. Ahora nos encontramos de lleno en un punto de ese itinerario, después de la exhortación programática Evangelii gaudium (2013) y las encíclicas Laudato si’ (2015) y Fratelli tutti (2020); y además, precisamente, en un Año de san José, al que se nos ha convocado con la carta Patris corde (8-XII-2020). El contexto sociológico viene marcado por la pandemia del Covid-19.
En efecto, en el comienzo de su pontificado Francisco presentaba a san José como aquél que cuidó del proyecto salvífico centrado en Cristo. Y lo hizo por medio de su propio discernimiento, a partir de los signos de la acción del Espíritu Santo que se perciben cuando se miran con fe y con realismo los acontecimientos.
La imagen escogida por el Papa es la navegación hacia la paz, que es nuestro puerto o nuestra meta. Hacia ahí navegamos, “todos estamos en la misma barca”, como señala en Fratelli tutti. Meses antes, el 27 de marzo había dicho que la pandemia nos ha hecho conscientes de estar una barca frágiles y desorientados. Ahora podemos ver claramente que esa barca es o debe ser la fraternidad, el camino es la justicia y el rumbo, la paz. El Papa desea que la humanidad “pueda progresar en este año por el camino de la fraternidad, la justicia y la paz”.