Aunque lo intentemos ocultar para no parecer débiles, hoy se ha hecho más difícil el dominio de uno mismo. Un campo en el cabe destacar, entre otros, estos valores: el respeto y la fidelidad, la paciencia y el ascetismo, el ánimo y la valentía, la concentración y el silencio. De ellos trata Romano Guardini en su obra “Una ética para nuestro tiempo” (Madrid 2007).
Punto de encuentro para educadores, catequistas y personas interesadas en la formación cristiana
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lunes, 25 de marzo de 2013
sábado, 23 de marzo de 2013
Luchar contra la pobreza, construir la paz, respetar la creación
Fra Angelico, Cristo juez,
detalle del Juicio final (h. 1435-1440),
Gemäldegalerie, Berlin
detalle del Juicio final (h. 1435-1440),
Gemäldegalerie, Berlin
En su primera audiencia a los diplomáticos (22-III-2013), el papa Francisco ha mostrado cómo se va extendiendo el “bing bang” de las claves que dio en su homilía de inicio del ministerio petrino. Las orientaciones fundamentales son: lucha contra la pobreza, promoción de la paz, respeto a la creación.
Explicando a los diplomáticos por qué escogió el nombre de Francisco, en referencia a san Francisco de Asís, ha referido tres motivos.
miércoles, 20 de marzo de 2013
La responsabilidad de la educación y de los medios de comunicación
Como observaba hace menos de un año el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, educar es “conducir a la armonía”, sobre el fundamento de los límites y la esperanza de los horizontes. Ya como papa Francisco, ha señalado que todos estamos llamados a comunicar la verdad, la bondad y la belleza.
La educación, tarea de todos
Dice el Concilio Vaticano II: “Es propio de todo el Pueblo de Dios (…) auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina, a fin de que la Verdad revelada pueda ser mejor percibida, mejor entendida y expresada en forma más adecuada” (Const. pastoral Gaudium et Spes, 44).
Custodiar y servir
En el inicio oficial de su tarea (19-III-2013), tomando pie de la vida de San José, el papa Francisco ha explicado cómo entiende su ministerio, en el contexto de algo que corresponde a todos: “custodiar” y “servir”. El ministerio del papa se sitúa al servicio de la vida cristiana. La vida cristiana está al servicio de todos y del mundo creado. Y toda persona encuentra también ahí –en el cuidado y en el servicio– el sentido de su vida: custodiar los dones de Dios, cosa que sólo puede hacerse con amor.
La misión de San José y la nuestra
La misión de San José (cf. Mt 1, 24) le ha servido de arranque, después de referirse a la onomástica de Benedicto XVI: "Le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud". San José fue custodio: “Custodio ¿de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia, como ha señalado el beato Juan Pablo II: ‘Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo’ (Exhort. ap. Redemptoris Custos, 1).
domingo, 17 de marzo de 2013
La luz amable y exigente de la Cruz
Maestro Dionisi, Crucifixión (1500),
Galería Tretyakov, Moscú
Arropada por los gestos de sencillez y proximidad del papa Francisco, su primera misa en la Capilla Sixtina con los cardenales (14-III-2013) ha dejado un mensaje inequívoco: Jesucristo crucificado guía el camino, sostiene la edificación y constituye el núcleo de la fe que se proclama porque se vive.
El papa lo ha explicado con tres verbos: caminar, edificar, confesar. Son como tres movimientos de nuestra vida.
jueves, 14 de marzo de 2013
De Pedro a Francisco y vuelta
Giotto, El sueño de Inocencio III (h. 1290-1300),
Basílica de San Francisco, Asís (Italia)
El hasta ahora Cardenal Jorge Mario Bergoglio ha sido elegido como papa, tomando el nombre de Francisco (I). No parece aventurado ver aquí una orientación hacia la caridad y el amor a los más necesitados que caracterizaba al "poverello".
lunes, 11 de marzo de 2013
La Iglesia: Cristo que vive en los cristianos
Mater ecclesiae, mosaico en la plaza de San Pedro, Vaticano
Las últimas palabras “públicas” de Benedicto XVI como Sucesor de Pedro consistieron en su despedida de los cardenales y un breve saludo a las personas congregadas para recibirle en Castelgandolfo. En la línea del día anterior, quiso dedicarlas a la Iglesia, “razón y pasión” de su vida. Y al hacerlo –como otras expresiones de estas semanas finales de su pontificado– expresa algo que pertenece al centro mismo de su ministerio petrino.
viernes, 8 de marzo de 2013
Barca de Pedro, Iglesia viva
Giotto, Navicella (1605-1613), Fábrica de San Pedro, Vaticano
Ante la plaza de San Pedro llena, Benedicto XVI ha revivido, en su última audiencia del 27 de febrero, el día en que comenzó su ministerio petrino: “Veo que la Iglesia está viva”.
La Iglesia está viva con la juventud de Cristo
“La Iglesia está viva –fue su saludo aquel 24 de abril de 2005– porque Cristo está vivo, porque él ha resucitado verdaderamente”. La Iglesia está viva y es joven, señalaba. La Iglesia vive con esa juventud de Cristo resucitado. Y por eso, manifestaba no tener otro programa que ponerse a la escucha de Dios para que Él siga conduciendo a la Iglesia.
jueves, 7 de marzo de 2013
Ecumenismo y diálogo con las religiones
M. Chagall, Vidriera (1962) en el Hebrew Medical Center, Jerusalen
El impulso al ecumenismo fue otro de los grandes temas desde el comienzo del Concilio Vaticano II. No sucedió así con la reflexión sobre el diálogo con las religiones, que surgió más adelante.
Benedicto XVI ha señalado el hecho de que cristianos protestantes y católicos sufrieran la persecución del nazismo como un factor importante para que, durante el Concilio, sobre todo el episcopado alemán impulsara una mayor profundización sobre la unidad entre los cristianos (cf. Inédito publicado con motivo del 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano, 2-VIII-2012 y también el último Encuentro con el clero romano, 14-II-2013).
martes, 5 de marzo de 2013
Fe, oración, belleza
Caravaggio, Coronación de espinas (h. 1602-1604).
Museo de Historia del Arte, Viena
Al final de sus últimos ejercicios espirituales en el ministerio petrino, Benedicto XVI ha escrito una carta al predicador, el cardenal Ravasi (Carta del 23-II-2013). También ha pronunciado unas palabras de agradecimiento a quienes le habían acompañado. Estos textos constituyen en su conjunto una poderosa luz para comprender mejor lo que está pasando y lo que Dios nos pide a los cristianos, hoy y ahora.