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miércoles, 30 de octubre de 2013

Antropología cristiana y familia de Dios





Clave de la educación cristiana es la antropología cristiana, es decir la visión cristiana del hombre. Es esta una “antropología de la trascendencia”  (J.M. Bergoglio) que conduce a vivir y educar en la Iglesia, familia de Dios. La fe ha de educarse como apertura al amor; con alegría y, a los niños, cuando empiezan a percibir y conocer, con expresiones familiares y, poco a poco, con argumentos sencillos pero realistas. Necesitamos formar para la experiencia cristiana y en la tradición viva de la Iglesia. Es una labor de filigrana que lleva a educar para vivir las consecuencias de la fe, tanto las personales como las familiares y eclesiales.

La misión de los cristianos





Las misiones y los misioneros siempre han sido importantes en el cristianismo. Más aún, son la vanguardia y el referente primero de la evangelización. Al mismo tiempo, todos los cristianos tenemos una misión. Esto significa nuestro nombre, “cristiano”, que deriva de Cristo, el “ungido” por Dios para la salvación del mundo.

miércoles, 23 de octubre de 2013

El valor de la justicia

Temis, imagen griega de la justicia divina de la ley, 
armada con una espada y una balanza, 
Edificio del Consejo Legislativo de Hong Kong

“Justicia o yo y los otros”. Así titula Robert Spaemann el cuarto capítulo de sus "Cuestiones fundamentales de Ética". Antes de entrar en la justicia, sus tipos y criterios, se plantea algunas objeciones a la importancia de los valores. 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Formación de los intereses y de los valores



Fotograma de la película "Un amigo para Frank" (Robot & Frank, J. Schreier, 2012)

(ver trailer)



En el capítulo tercero de su “Ética: cuestiones fundamentales”, alude Spaemann a un diálogo de Sócrates, que le dice a su interlocutor: si el placer es el único fin apetecible, será intensamente feliz el que siempre tiene sarna y puede rascarse de continuo. El otro se enfada ante semejante grosería, respondiendo que hay otros placeres más altos. Entonces se plantea Spaemann, ¿Qué diferencia hay entre las más altas especies de placer y las más bajas? ¿Y porqué el lenguaje mismo diferencia entre alegría y placer?

martes, 15 de octubre de 2013

Laicos en la nueva evangelización

(Un nuevo libro del autor de este blog)


Editorial Rialp, Madrid 2013


Según la web de la revista Ecclesia, "el autor aborda la misión de la Iglesia, la profunda identidad de sus fieles laicos y la caridad como clave del mensaje evangelizador. Desarrolla la potencia de ese mensaje en la familia, en el trabajo y en la vida pública".

     Ver entrevista del 11 de octubre de 2013, en el programa "Contraste" de Navarra TV

    Ver en google books el prólogo y otras páginas.



Escuchar para ayudar

Podría parecer que escuchar es deber exclusivo del que tiene que aprender. Pero no. Es también necesario para quien quiera enseñar y ayudar. Cuando amamos a alguien le llegamos a conocer más profundamente y deseamos ayudarle, para unirnos cada vez más a él. Y para eso nos damos cuenta de que debemos escucharle. Claro que esto pide confianza y lleva su tiempo.

miércoles, 9 de octubre de 2013

La aventura de educar en la fe

Estamos en un tiempo de “urgencia educativa” ¿Cómo afecta esto a la educación en la fe? La educación en la fe se dirige, desde el principio del cristianismo, a introducir en la vida cristiana, a formar personas con “cabeza y corazón” cristianos que actúen y sientan de acuerdo con lo que son y con lo que piensan, para la gloria de Dios y al servicio de los demás.

El placer y la realidad

J. Miró, El carnaval del arlequín (1925)
(El arlequín es un personaje que simboliza a veces el capricho o la sagacidad, 
y otras veces la ingenuidad o la sensibilidad)

¿Qué es el bien? ¿El placer? ¿La autoconservación? Después de algunos experimentos Spaemann concluye que el bien tiene que ver sobre todo con la realidad; y en este sentido, con la educación ética.


1. De nuevo, ¿qué es el bien?

     Una vida buena o auténtica consiste en buscar el bien, incluso “debe” procurar hacer el bien. La palabra “deber” apela a nuestra voluntad, y a muchos hoy esto les suena como una imposición que viene de fuera, y no de su propia voluntad, pues “yo quiero hacer lo que yo quiero”. Esto parece evidente. Pero ¿por qué quiero algo?. El apático, el que no quiere nada, no se plantea ningún deber. Pero entonces no podrá aspirar a una vida mejor, éticamente hablando; es decir, a crecer en madurez y por tanto en posibilidades de ayudar a los demás. 

viernes, 4 de octubre de 2013

Despertar la memoria de Dios


Jacopo da Ponte, Parábola del rico y del pobre Lázaro (1559), 
Museo de Historia del Arte, Viena


La palabra catequesis viene del griego katechein, resonar, hacer eco. En su homilía durante la Jornada de los Catequistas (29-IX-2013), el Papa Francisco ha definido bellamente al catequista, al educador cristiano, como aquel que custodia, alimenta y despierta la memoria de Dios en sí mismo y en los demás

     Tomando pie de los textos litúrgicos del día, ha comenzado hablando del riesgo en que se encuentran aquellos que “beben, cantan, se divierten y no se preocupan por los problemas de los demás” (cf. libro del profeta Amós, 6, 1.4). Con otras palabras, es “el riesgo de apoltronarse, de la comodidad, de la mundanidad en la vida y en el corazón, de concentrarnos en nuestro bienestar”.
Un caso así es el del rico del Evangelio, que vestía lujosamente y banqueteaba en abundancia, mientras que el pobre que estaba a su puerta no era asunto suyo (cf. Lc 16, 19 ss). “Si las cosas, el dinero, lo mundano se convierten en el centro de la vida, nos aferran, se apoderan de nosotros, perdemos nuestra propia identidad como hombres”. El relato del Evangelio no le da, a quien así se comporta, ni siquiera un nombre. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

Ética y relativismo

R. Magritte, La condición humana (hacia 1933-1935)


¿Qué significa que algo es “bueno”? ¿Cómo se origina la Ética? ¿Qué dice el relativismo sobre los valores morales? ¿Qué es lo “natural”? ¿Cómo entra la tolerancia en el debate ético? Son preguntas que se hace Robert Spaemann en el primer capítulo de su libro “Ética: cuestiones fundamentales” (ed. Eunsa, 2010).