En el cuadro de Henri Matisse, Ícaro (1943-1946), el punto rojo es testigo del corazón humano, hecho para volar.
En la perspectiva cristiana lo único que salva y libera de verdad es el amor: el amor que Dios es y nos tiene, y que nos llama a colaborar con él en nuestra propia salvación y en la de otros.
Durante la vigilia de la JMJ de Panamá, el sábado 26 de enero, el papa Francisco ha explicado lo mismo a partir del “árbol de la vida”.
El libro de la vida aparece por primera vez en el libro del Génesis, 2, 9; también en el libro de los Proverbios y en el Apocalipsis.
El árbol de la vida puede representar la historia y la vida de amor que Dios nos ofrece (plenamente en Jesús), para que nuestra historia se entremezcle con su vida, que desea echar raíces en la tierra de cada uno.
A partir de ahí, el papa lanzó una serie de preguntas y mostró algunas consecuencias, entretejiendo un diálogo tanto con los jóvenes como con los adultos.
Punto de encuentro para educadores, catequistas y personas interesadas en la formación cristiana
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lunes, 28 de enero de 2019
Vivir el ahora de Dios
Aquel día en la sinagoga de Nazaret, Jesús se levantó para “poner en acto el sueño de Dios”. Allí se venía proclamando la palabra de Dios como promesa de futuro; “pero en boca de Jesús solo podía decirse en presente, haciéndose realidad: Hoy se ha cumplido”.
Tomando pie del Evangelio del día, Francisco ha pronunciado la homilía de clausura en la JMJ de Panamá. Sus palabras traen, para los jóvenes, la fuerza de una convocación que no admite demora. Así hace presente y eficaz la acción de Jesús que es el “Hoy” y “ahora” de Dios.
“Jesús revela el ahora de Dios que sale a nuestro encuentro para convocarnos también a tomar parte en su ahora de ‘llevar la Buena Noticia a los pobres, la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia en el Señor’ (cf. Lc 4,18-19)”.
“Este es –señala el papa Bergoglio– el ahora de Dios que con Jesús se hace presente, se hace rostro, carne, amor de misericordia que no espera situaciones ideales, situaciones perfectas para su manifestación, ni acepta excusas para su realización. Él es el tiempo de Dios que hace justa y oportuna cada situación y cada espacio. En Jesús se inicia y se hace vida el futuro prometido”.
Tomando pie del Evangelio del día, Francisco ha pronunciado la homilía de clausura en la JMJ de Panamá. Sus palabras traen, para los jóvenes, la fuerza de una convocación que no admite demora. Así hace presente y eficaz la acción de Jesús que es el “Hoy” y “ahora” de Dios.
“Jesús revela el ahora de Dios que sale a nuestro encuentro para convocarnos también a tomar parte en su ahora de ‘llevar la Buena Noticia a los pobres, la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia en el Señor’ (cf. Lc 4,18-19)”.
“Este es –señala el papa Bergoglio– el ahora de Dios que con Jesús se hace presente, se hace rostro, carne, amor de misericordia que no espera situaciones ideales, situaciones perfectas para su manifestación, ni acepta excusas para su realización. Él es el tiempo de Dios que hace justa y oportuna cada situación y cada espacio. En Jesús se inicia y se hace vida el futuro prometido”.
domingo, 27 de enero de 2019
Un sueño llamado Jesucristo
Francisco se ha encontrado con los jóvenes (cf. Discurso de apertura de la JMJ de Panamá, 24-I-2019) y les ha animado a ir adelante. “Ir adelante no para crear una Iglesia paralela un poco más ‘divertida’ o ‘cool’ en un evento para jóvenes, con algún que otro elemento decorativo, como si a ustedes eso los dejara felices. Pensar así sería no respetarlos y no respetar todo lo que el Espíritu a través de ustedes nos está diciendo”.
Al contrario: ir adelante para encontrar y despertar juntos “la continua novedad y juventud de la Iglesia abriéndonos siempre a esa gracia del Espíritu Santo que hace tantas veces un nuevo Pentecostés” (cfr. Sínodo sobre los Jóvenes, Doc. final, 60). Y eso solo es posible, como se ha vivido en el Sínodo, “si nos animamos a caminar escuchándonos y a escuchar complementándonos, si nos animamos a testimoniar anunciando al Señor en el servicio a nuestros hermanos; que siempre es un servicio concreto”
El papa sabe, y lo dice, que para muchos llegar hasta aquí no fue fácil. “ Venimos de culturas y pueblos diferentes (...), pero nada de eso impidió poder encontrarnos (...) y estar juntos, divertirnos juntos, celebrar juntos, confesar a Jesucristo juntos”.
martes, 22 de enero de 2019
La "revolución del servicio" desde la JMJ de Panamá
Panamá es un lugar clave para la nueva evangelización en y desde Centroamérica. Su papel de comunicación, gracias al canal, entre los dos océanos Atlántico y Pacífico y su liderazgo en el crecimiento económico de Latinoamérica hacen de este país un lugar estratégico, para que llegue el mensaje de Francisco a los jóvenes del mundo.
La JMJ de Panamá cuenta con el primer papa americano, más precisamente latinoamericano y de habla española. Sin duda este hecho –que el papa comparta el habla hispana con las gentes que lo acogen– hará especialmente significativo este encuentro con los jóvenes. La cultura de estos países posee una gran riqueza de valores, también desde el punto de vista cristiano.
La JMJ de Panamá cuenta con el primer papa americano, más precisamente latinoamericano y de habla española. Sin duda este hecho –que el papa comparta el habla hispana con las gentes que lo acogen– hará especialmente significativo este encuentro con los jóvenes. La cultura de estos países posee una gran riqueza de valores, también desde el punto de vista cristiano.
sábado, 5 de enero de 2019
Estrella de libertad
Cuadro de Giovani da Modena (1410),
iglesia de San Petronio, Bolonia
iglesia de San Petronio, Bolonia
La estrella de los Magos nos trae esa libertad que Cristo nos ha ganado, la libertad de los hijos de Dios.
En la época en que Daniélou publicó su libro “Los símbolos cristianos primitivos” (1951: en castellano, eds. Ega, Bilbao 1993), había ya suficiente investigación acerca de la estrella de los Magos (Mt 2, 2) en el marco de la cultura bíblica.
La estrella tiene una larga historia que la precede en los textos del Antiguo Testamento (cf. la “estrella de Jacob” de Num 24, 17), del cristianismo primitivo y en relación con las culturas circundantes. Esa estrella es anunciadora de la salvación que trae el Mesías y que llega a todas las gentes.
San Justino ( s. II) dice que la estrella es uno de los nombres de Cristo, y la pone en relación con la estrella que vieron los Magos en Oriente. Para nosotros, es también una estrella de esperanza.