Se ha publicado un nuevo libro: R. Pellitero, Teología de la Misión (Colección Manuales del ISCR, n. 17), ed. Eunsa, Pamplona 2018, 210 pp.
La vida cristiana es misión. Si toda vida humana es un proyecto y una tarea, lo es aún más en la perspectiva cristiana, como dice el Documento de Aparecida: "La vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es, en definitiva, la misión" (n. 360).
Según la Constitución dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano II, la entera Iglesia es enviada por Dios para la salvación del mundo. Todos los discípulos de Cristo, según la propia condición de vida, dones y carismas, son responsables de la única Misión.
La misión cristiana se identifica con la vida cristiana: es un "hacer" que se realiza a medida que se vive, es decir, consiste en un modo de "ser".
Cada discípulo del Señor está enviado a llevar a cabo la misión personalmente y como comunidad “convocada”: Iglesia. Se es cristiano como miembro de un cuerpo, de un pueblo, de una familia. La misión es el testimonio del don recibido, que compromete a cada uno personalmente, y a todos juntos como Iglesia. Por eso hablamos de la Misión de la Iglesia.
Hoy estamos convocados a una renovación del testimonio evangelizador. Pero, ¿qué formas adquiere ese testimonio? ¿Cómo acertar en la tarea de “iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar” (Evangelii gaudium, 273)? ¿Qué es lo esencial y más necesario? (cf. ibid, 35) ¿Cómo llevarlo a cabo con fidelidad y creatividad? ¿Cómo compartir el don con los individuos y las familias, con jóvenes y ancianos, con todas las personas, especialmente con los más pobres y necesitados? ¿Cómo configurar el diálogo de la fe con la cultura y las ciencias, en el contexto de los rápidos avances de las tecnologías de la comunicación? ¿Cómo articular la misión y sus tareas? ¿Cómo educar para la misión?