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martes, 8 de julio de 2025

Las parábolas y los movimientos eclesiales





Van Gogh, El sembrador al atardecer, 1888

¿Qué tienen en común las parábolas del Evangelio con los movimientos eclesiales? Pues que en ambos casos actúa el Espíritu Santo, para fomentar la conversión personal y la misión de la Iglesia.

¿Hasta qué punto nos dejamos sorprender por la predicación de Jesús en los Evangelios? ¿Somos conscientes del impulso que el Espíritu Santo está imprimiendo a la Iglesia a través de los movimientos eclesiales? Son dos preguntas que pueden centrar algunas de las enseñanzas de León XIV en estas semanas.

La actividad magisterial del Papa continúa tomando fuerza e intensidad, atendiendo a las necesidades del Pueblo de Dios y de la sociedad civil, que no son pocas. De esta manera sigue pulsando los “primeros acordes” de su pontificado, que le invitan a prodigarse en su solicitud por todos. Y todo ello en el marco del año jubilar, que convoca en Roma a fieles católicos y otras personas de diversa condición, agrupados con frecuencia según los servicios que prestan a la Iglesia y al mundo.

Presentamos aquí sus tres catequesis sobre algunas parábolas de Jesús y los discursos que León XIV ha  dirigido a los movimientos eclesiales con motivo de su participación en el Jubileo.


Las parábolas nos interpelan

Jesús desea personalizar su mensaje y por ello sus enseñanzas tienen un carácter que hoy podríamos llamar antropológico o personalista, experiencial y a la vez interpelador, para cada uno de los que le escuchaban y también hoy para nosotros.

De hecho, observa León XIV que el término parábola viene del verbo griego ”paraballein”, que significa ”lanzar delante”: “La parábola me lanza delante una palabra que me provoca y me empuja a interrogarme”.

Al mismo tiempo, es interesante que el Papa se fije en ciertos aspectos siempre sorprendentes de los pasajes del Evangelio.

domingo, 27 de abril de 2025

Los mensajes de Francisco

 (Entrevista al autor de este blog, publicada en "Ecclesia", 21-IV-2025)




Francisco llegó a la silla de Pedro tras la renuncia de un gigante del pensamiento, como Benedicto XVI: ¿hasta qué punto este pontificado ha sido, en materia de escritos, una continuación de la doctrina de Benedicto XVI y qué ha aportado de nuevo?

Si por doctrina entendemos una explicación de la fe, diría que en lo sustancial hay continuidad, como no podría ser menos, tratándose de dos papas que, además, han ejercido su ministerio uno tras otro en nuestro tiempo. Lo sustancial del mensaje cristiano se puede expresar en el trinomio fe-sacramentos-amor. Los dos papas expresaron el mismo mensaje, si bien en un orden diverso de elementos, o con acentos o subrayados diferentes.

Por limitarnos ahora a las encíclicas, Benedicto XVI comenzó por el amor (Deus caritas est, 2005), que puede verse como fruto de la fe y de los sacramentos. Siguió con la esperanza (Spe salvi, 2007) y, por medio de una encíclica social, mostró las implicaciones sociales del mensaje cristiano (Caritas in veritate, 2009). Finalmente, proyectó una encíclica donde mostró la luz y la capacidad trasformadora de la fe cristiana (Lumen fidei, 2013), con la colaboración de Francisco y firmada por él. En su opinión, además, se trata de una encíclica que merecería ser más conocida, estudiada y valorada.

Francisco, tras ese texto «a cuatro manos» sobre la fe (Lumen fidei), publica su exhortación programática Evangelii gaudium (2013), sobre la alegría de evangelizar, es decir, de anunciar la fe cristiana. Luego, con un lenguaje de tipo antropológico y social, muestra las dimensiones cósmicas (Laudato si’, 2015) y humanas (Fratelli tutti, 2020) del mensaje cristiano. Y explicita el núcleo de ese mensaje, que es el amor de Dios, por así decir, condensado en el Corazón de Cristo (Dilexit nos, 2024).

No se trata, por tanto, de una mera continuación de la «doctrina» del papa anterior, sino, repito, de una profundización en ciertos aspectos y de un subrayado de otros. Se podría decir que, en general, la perspectiva de Francisco es más práctica —es decir, referida a la acción— que especulativa, pero no por ello carece de especulación, si bien lo está de modo distinto. La novedad no reside tanto en el qué, sino sobre todo en el cómo o la forma del mensaje.

En cuanto a esta forma, los escritos de los dos papas son bastante diferentes, como era de esperar por el carácter, la formación y la procedencia geográfica y cultural de cada uno. En perspectiva creyente habría que señalar, ante todo, la asistencia del Espíritu Santo para cada necesidad, y los carismas, en sentido teológico, de cada papa.

Leer más (enlace a Ecclesia)

jueves, 24 de abril de 2025

Testigos de misericordia y esperanza

 (Nuevo libro) 


R. Pellitero, Testigos de misericordia y esperanza. Las enseñanzas del papa Francisco para el siglo XXI. Prólogo del cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Educación y la Cultura, ed. San Pablo, Madrid 2025, 392 pp.

De la editorial:

La fe, la Iglesia, los sacramentos, la moral, la oración, la evangelización, la fraternidad o la familia… De estos temas, y de otros muchos, nos ha hablado el papa Francisco desde su elección en el año 2013, en su afán por transmitir la belleza del Evangelio. Lo ha hecho con palabras, y también con gestos cercanos y humildes, que han impresionado a creyentes y no creyentes. Ramiro Pellitero nos ofrece en este libro una síntesis estructurada de este imponente Magisterio, para, a partir de ahí, presentar una serie de reflexiones que nos permitan aplicar el mensaje papal en nuestro día a día, para vivir el Evangelio de forma activa y ser «testigos de misericordia y esperanza» en tiempos de incertidumbre.

Del Prólogo del cardenal Tolentino:

"La belleza del mensaje cristiano brilla (...) en las enseñanzas del Papa Francisco, y es posible apreciarlo a través de las líneas de este libro (...). El mensaje del Evangelio, cuyo centro es Cristo y la vida con Él, es un mensaje de belleza que colma de esperanza el corazón del hombre, y nosotros hemos de hacerle eco. Por ello, pienso que este libro, Testigos de misericordia y esperanza, puede ser una buena herramienta para esa tarea".

Índice

Abreviaturas
Prólogo, por el cardenal José Tolentino de Mendonça
Presentacion
Introducción: De Pedro a Francisco y vuelta
    De Roma al fin del mundo
    Custodiar y servir

I. Fe, esperanza y caridad: tres hermanas inseparables
    Tres hermanas que caminan juntas
    La fe, luz que hace vivir
    El amor y la misericordia
    Peregrinos de esperanza

II. La Iglesia, madre fecunda
    La Iglesia, familia de Dios
    La Iglesia es madre como María
    Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo
    Una, santa, católica y apostólica
    Comunión “de los santos en las cosas santas”
    La sinodalidad: Comunión “en camino”

III. La belleza de la liturgia y los sacramentos: nuestro encuentro con Cristo

    Necesidad de la formación litúrgica
    El Bautismo, nacimiento a una vida nueva
    La Confirmación, sacramento del testimonio
    La Eucaristía, sacramento del amor
    Los “sacramentos de curación” y de “servicio a la comunidad”

IV. La moral cristiana, respuesta al Dios amante
    Buscar a Cristo en el Decálogo
    Las bienaventuranzas: el camino para alcanzar la alegría
    Caminar y madurar en la libertad cristiana (carta a los Gálatas)
    El discernimiento del corazón

V. La oración, escuela del corazón, y la santidad

    Sobre el Padrenuestro
    La oración: puerta, escuela y fuente de misericordia
    La santidad, también en la “puerta de al lado”
    La santidad pasa por el Corazón de Jesús
    Con corazón de padre (san José)
    Confianza en Dios y misión cristiana (santa Teresa del Niño Jesús)

VI. La alegría de evangelizar

    Hacia una conversión evangelizadora
    Pasión por la evangelización
    Los “hechos evangelizadores” de los apóstoles
    Sobre la Palabra de Dios en la vida cristiana y en la evangelización

VII. Llegar a todos

    El camino del ecumenismo
    La dimensión misionera, programa y paradigma de la vida cristiana
    El diálogo interreligioso al servicio de la paz
    Teología de rodillas

VIII. Diálogo, fraternidad, cuidado
    La dimensión social del mensaje cristiano
    La “inclusión social de los pobres” a la luz del Evangelio
    Enfermos, ancianos, migrantes
    Hacia una cultura de la paz
    Fraternidad universal y amistad social
    El cuidado de la “casa común”

IX. Hacer del mundo una familia
    La alegría del amor en la familia
    Los jóvenes, la fe y la vida en plenitud
    Educación y “pacto educativo”
    La comunicación al servicio de la justicia y la solidaridad

Índice analítico
Índice onomástico

viernes, 1 de noviembre de 2024

Mensaje cristiano y catequesis (nuevo libro)




El autor de este blog ha publicado un libro de Alfredo García Suárez, Mensaje cristiano y catequesis. Textos escogidos (Edición y estudio introductorio a cargo de Ramiro Pellitero), Eunsa, Pamplona 2024.

Contenido (párrafos tomados de la contracubierta) 

Se recogen aquí algunos escritos de un teólogo de raza, el profesor Alfredo García Suárez. Entre los temas de fondo destacan tres: el laicado, la educación de la fe y la renovación de la Iglesia.  

En primer lugar, el compromiso cristiano en el mundo. “Por medio de sus miembros laicos –entiende el autor–, la Iglesia informa la integridad del orden temporal, lo fermenta con la levadura evangélica, configurándolo en sus perfiles humanos y en sus líneas cristianas”. 

En segundo lugar, siempre en el marco teológico del mensaje cristiano, propone una comprensión profunda e incisiva de la tarea educativa de la fe que puede contribuir a mejorarla, también en las circunstancias actuales de globalización y cultura tecnológica.

Finalmente, aporta criterios decisivos para participar en la renovación de la Iglesia y en su misión evangelizadora.

viernes, 26 de enero de 2024

La bendición de la unidad


(Imagen: vidriera en la iglesia católica de Santa Teresa del Niño Jesús, Springfield, Ohio. El antiguo símbolo de la cruz, el ancla y el corazón expresa la unidad de la fe, la esperanza y el amor)

La Semana de oración por la unidad de los cristianos este año ha tenido como lema Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo (Lc 10, 27). El amor es manifestación de unidad y camino de unidad. Dentro de la Trinidad, el Espíritu Santo es el principio de unidad (entre el amor de Dios Padre y el amor del Hijo) y de la vida íntima entre las Personas divinas. Y es el Espíritu Santo el principal artífice de la unidad de los cristianos, que requiere nuestra oración y nuestro empeño de muchas maneras. Comenzando por el esfuerzo en la unidad entre los fieles católicos.

Para la fe católica, la unidad se edifica especialmente en la comunión eucarística. Dice Benedicto XVI en su primera encíclica sobre Dios es amor: «La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo solo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán. La comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Él y, por tanto, también hacia la unidad con todos los cristianos. Nos hacemos ‘un cuerpo’, aunados en una única existencia. Ahora, el amor a Dios y al prójimo están realmente unidos» (n. 14).


La unidad del amor y la bendición

En efecto. Todo lo que hace la Iglesia, lo que quiere hacer, es la unidad del amor. Primero entre los creyentes, luego entre todas las personas y en armonía con el mundo creado. Ese es el bien que la Iglesia busca, en cumplimiento de su misión evangelizadora.

Ya en el libro del Génesis Dios crea con su palabra que es eficaz y con su amor que dice y hace el bien, lo bueno. Continuamente se sucede el ritmo: «Y dijo Dios… hágase / Y vio Dios que era bueno». Como plenitud de la historia de la salvación, viene Jesucristo, cuyo mensaje es Evangelio, buena noticia, porque es Palabra que nos trae el bien. Y todo lo que la Iglesia hace, quiere decir y hacer el bien, bendecir. Si alguien no lo entendiera así en algún caso, podría ser porque no ha comprendido de qué se trata, o porque no se le ha explicado de modo adecuado.

Más específicamente, los ministros de la Iglesia bendicen en los sacramentos, que tienen la fuerza de transmitir la gracia de Dios cuando se celebran en la forma y condiciones requeridas. En otras ocasiones bendicen a personas, objetos e incluso animales, con fórmulas previstas en los rituales. Incluso con otras bendiciones no ritualizadas, de forma más sencilla, cuando los fieles acuden a ellos pidiendo con confianza (fiducia supplicans) su intercesión ante Dios para el camino de la vida y el cumplimiento de su voluntad, aunque en el presente se encuentren en situaciones objetivamente inmorales. Ante todo en estas bendiciones lo que se bendice es la presencia de Dios, que nunca abandona al hombre en cualquier circunstancia de la vida. Por tanto, se bendice Su bondad, que se muestra como misericordia hacia sus criaturas, plenamente manifestada en Cristo y extendida por la misión de la Iglesia (2). A la vez, se trata de oraciones de intercesión para invocar su protección, de modo que nuestra vida se adecúe a su bondad y participe en mayor grado posible de ella. Derivadamente, se bendice la confianza en Dios, que lleva a pedir la bendición, y los esfuerzos por hacer el bien y ayudar a otros (aunque sean pobres esfuerzos y pequeñas ayudas a nivel humano) (3). 

Más aún, todos los fieles pueden invocar a Dios sobre sí mismos o sobre otros, sobre sus viajes y sus actividades, para que Él les proteja y les ayude, en su respuesta a la llamada a la santidad y al apostolado que tiene todo cristiano.

Por otra parte, cabe preguntarse si ha sido bueno todo lo que se ha bendecido. La bendición, o las bendiciones que la Iglesia por medio de sus ministros imparte, como toda acción eclesial, se sitúan en la historia, en el tiempo de los hombres. Y, por tanto, es posible que su ejercicio o su significado haya sido herido por las limitaciones y las fragilidades humanas. Por eso las bendiciones deben ser promovidas junto con la necesaria purificación de la memoria histórica.

lunes, 24 de enero de 2022

Palabra de Dios: luz, vida y espada

 

                                        G. K. Olsen, Jesús, enseñando en la sinagoga de Nazaret



El 23 de enero se celebró el Domingo de la Palabra de Dios, instituido por el Papa Francisco para el tercer domingo del tiempo ordinario. Una iniciativa pastoral llamada a promover la formación de los fieles, en orden a facilitarles extraer de la Sagrada Escritura "frutos inestimables de sabiduría, esperanza y vida” (Carta Aperuit illis, 30-IX-2019).

En su homilía, el Papa evocó la iniciativa de la Palabra de Dios al crear el mundo, y su amor al habernos elegido en Cristo, su Palabra eterna. Si en el Antiguo Testamento Dios nos habló por los profetas, al llegar la plenitud de los tiempos, esa Palabra se ha cumplido: ya no es una promesa, sino que se ha realizado (cf. Lc 4, 21). Ahora, “por obra del Espíritu Santo habitó entre nosotros y quiere hacernos su morada, para colmar nuestras expectativas y sanar nuestras heridas”.

Como aquellos judíos que le contemplaban en la sinagoga de Nazaret, teniendo sus ojos fijos en Él (cf. Lc 4, 20), también nosotros deberíamos ser capaces de captar su la radical novedad de esta Palabra que es Cristo. En ella, propone Francisco, podemos contemplar dos aspectos unidos entre sí: “la Palabra revela a Dios y la Palabra nos lleva al hombre. Ella esta en el centro, revela a Dios y nos lleva al hombre”.

jueves, 2 de julio de 2020

La catequesis, educación en la fe

La catequesis es un elemento central de la “educación en la fe” de todos los fieles católicos. No solo, por tanto, de los niños y jóvenes. Todos necesitamos una formación permanente y la Iglesia entera se puede considerar, en su tarea autoevangelizadora, como una “gran catequesis”.

La catequesis promueve la adhesión personal a Cristo y la madurez de la vida cristiana. Se distingue de la enseñanza religiosa escolar, que tiene como fin transmitir los conocimientos sobre el cristianismo y la vida cristiana en el contexto de la asimilación, sistemática y crítica, de la cultura.

Como fruto del impulso catequético del Concilio Vaticano II, se han venido recogiendo las experiencias de los educadores (catequistas, misioneros, etc.) de todo el mundo y estudiando cómo desarrollar la catequesis en el contexto cultural de nuestro tiempo.

El pasado 23 de marzo el papa Francisco aprobó la publicación del nuevo “Directorio para la Catequesis” elaborado por el Pontificio Consejo para la nueva evangelización, tras doce borradores y seis años de trabajo. Se trata de un amplio e importante documento que alcanza su tercera edición después de una primera en 1971, bajo el pontificado de san Pablo VI, y una segunda en 1997 aprobada por san Juan Pablo II. Se dirige ante todo a los obispos y, a través de ellos, a los que participan en la educación de la fe en los ámbitos pastorales y académicos, particularmente a los millones de catequistas comprometidos en la transmisión de la fe.

Ya en 1977 se celebró un sínodo universal sobre la catequesis que dio como fruto la exhortación Catechesi tradendae (1979), carta magna de la educación en la fe para nuestros días. El Catecismo de la Iglesia Católica y el Directorio han venido completando las referencias que el magisterio de la Iglesia ofrece a los educadores católicos para su tarea.

Con este documento se proporcionan los principios teológico-pastorales de la catequesis, dejando las orientaciones más concretas a las Conferencias episcopales y las Iglesias locales y particulares.


lunes, 9 de marzo de 2020

Fe y sacramentos: diálogo de salvación

R. Van der Weyden, Tríptico de los siete sacramentos (h. 1440-1445),
Museo de Bellas Artes, Amberes (Bélgica)

A la izquierda se representan el Bautismo, la Confirmación y la Penitencia o confesion de los pecados.
En el centro, detrás del Crucificado, la Eucaristía (la Misa).
A la derecha, el Orden sacerdotal, el Matrimonio y la Unción de los enfermos.

La íntima conexión entre la Fe y los sacramentos –se requieren mutuamente– es el tema del documento de la Comisión teológica Internacional titulado "La reciprocidad entre fe y sacramentos en la economía sacramental", publicado en marzo de 2020.

Para ilustrar esta necesaria implicación entre la fe y los sacramentos, el documento explica, en el segundo capítulo, el carácter de “diálogo” que tienen los sacramentos y, más en general, la vida cristiana. Diálogo entre Dios y las personas y viceversa, que lleva a un diálogo de amistad y fraternidad con los demás.

sábado, 25 de enero de 2020

Nuestras historias y sus nudos


En su mensaje para la 54 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (24-I-2020), el Papa Francisco ha querido tratar de la importancia de las “buenas historias” (cf. Ex 10, 2). De esas historias que ayudan “a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos”; de esas narraciones que nos hablan de nosotros y de la belleza que poseemos, de la ternura, del tejido vivo que nos une.

El Papa desarrolla este argumento en cinco puntos: 1) La importancia de “tejer historias"; 2) El hecho de que no todas las historias son buenas; 3) La historia del amor de Dios por nosotros como “Historia de las historias”; 4) esa historia como “una historia que se renueva”; 5) y como “historia que nos renueva”.


La influencia de las buenas historias


Como el hombre es un “ser narrador” –observa Francisco– desde niños nos gustan las historias, sea en forma de cuentos, novelas, películas, canciones, noticias... En efecto: de hecho, las historias tienen su pedagogía: “Las historias influyen en nuestra vida, aunque no seamos conscientes de ello. A menudo decidimos lo que está bien o mal hacer basándonos en los personajes y en las historias que hemos asimilado. Los relatos nos enseñan; plasman nuestras convicciones y nuestros comportamientos; nos pueden ayudar a entender y a decir quiénes somos”.

sábado, 12 de octubre de 2019

Sobre la Palabra de Dios en la vida cristiana y en la evangelización


La carta apostólica “Aperuit illis” (30-IX-2019), con la que el papa Francisco establece el “Domingo de la Palabra de Dios”, es un texto importante para los educadores de la fe. Constituye un pequeño tratado sobre la importancia de la Palabra de Dios en la vida cristiana y en la evangelización.

La primera referencia la constituye el misterio pascual, es decir, la muerte y resurrección de Cristo para nuestra salvación. Entre Cristo y las Sagradas Escrituras hay una relación tan estrecha que ellas no se entienden sin Él y viceversa.

Al dedicar un Domingo del Año Litúrgico a la Palabra de Dios, el papa desea, sobre todo, “que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable” (n. 2).

Con esta carta quiere contribuir a valorar el hecho de que “en las diferentes Iglesias locales hay una gran cantidad de iniciativas que hacen cada vez más accesible la Sagrada Escritura a los creyentes, para que se sientan agradecidos por un don tan grande, con el compromiso de vivirlo cada día y la responsabilidad de testimoniarlo con coherencia” (Ibid.).


martes, 10 de septiembre de 2019

Paradoja de la belleza cristiana

Icono ortodoxo de la crucifixión (1499-1500)

Según el diccionario del español, paradoja es un hecho o una expresión aparentemente contrario o contradictorio respecto de la lógica. Por ejemplo: “Mira al avaro, en sus riquezas, pobre”.

La realidad está llena de paradojas y la sabiduría cristiana proporciona orientación para situarse ante esa realidad, de modo que la vida sea lo más plena posible. Especialmente los valores, como muestra el cristianismo, presentan una apariencia paradójica que conviene descubrir; también la belleza, que es un camino educativo de primera calidad, especialmente en relación con la vida cristiana. Ese ha sido el tema de un seminario celebrado recientemente en la Universidad Panamericana de Guadalajara-México (29-31/VIII/2019).

1. Cuenta el evangelio de San Lucas que cuando un paralítico fue curado por Jesús, “al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa”. Como consecuencia “el asombro se apoderó de todos”, de modo que decían: “Hoy hemos visto cosas increíbles” (Lc 5, 25-26). El texto original utiliza la palabra griega paradoxa (literalmente, algo contrario a la opinión extraída de la experiencia).

sábado, 10 de agosto de 2019

Renovar la educación de la fe



El autor de este blog ha publicado el libro "Renovar la educación de la fe. Claves del Catecismo de la Iglesia Católica" (ed. Eunsa, Pamplona, en colaboración con el servicio de publicaciones de la Universidad Panamericana, sede Guadalajara-México, 2019), 280 pp. 

En 2017 se cumplieron veinticinco años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, un texto destinado probablemente a «durar» varios siglos.

Ante las necesidades de nuestros días, hemos reelaborado y repensado trabajos anteriores sobre el Catecismo y su compendio. Hemos tenido, además, en cuenta algunos desarrollos que se han realizado, en cuanto a los contenidos del Catecismo, sobre todo por parte del Magisterio y particularmente el de los últimos papas, en estas casi tres décadas.

Nuestra intención es mostrar la importancia y actualidad de este instrumento educativo para la renovación de la comunicación y la transmisión de la fe cristiana en nuestro tiempo.

domingo, 31 de marzo de 2019

La fe, al servicio de la cultura y de la sociedad

La perspectiva de la fe cristiana aporta una potente luz al discernimiento de la tarea educativa, tanto en la escuela como en la universidad. En esta última además, fomenta una verdadera “revolución cultural” al servicio de la sociedad. Lo ha dicho Francisco citando un documento sobre la renovación de los estudios en las universidades y facultades de la Iglesia.

El papa se extendió sobre este tema en una meditación que dirigió en la Pontificia Universidad Lateranense, el pasado 26 de marzo.

Partió de la liturgia del día (Dn 3, 25. 34-43). Un pasaje del libro de Daniel, donde se presenta la oración de tres jóvenes –arrojados a un horno de fuego por negarse a adorar una estatua del rey de Babilonia– y como Dios les libró de todo mal. Siempre pasa así, señaló Francisco: “Escuchar la Escritura a partir de la realidad del “hoy” desvela y comunica ulteriores significados que en ella se contienen”. Para dar valor a los creyentes ante las persecuciones sufridas por su fe, el libro recuerda los personajes ilustres que vivieron la fidelidad a Dios y su Torá. Así “la memoria del pasado nos trae no solo un mensaje, sino que nos aporta la fuerza de la pertenencia a un pueblo”.

Podemos dividir la intervención de Francisco en tres pasos: 1) presentación del contexto actual en relación con el camino académico; 2) llamada de atención ante una cultura individualista y consejo de cultivar una memoria agradecida; 3) propuesta de una tarea intelectual y educativa que esté vivificada por el espíritu cristiano, en el horizonte de la verdad y del amor.

miércoles, 27 de febrero de 2019

Para comprender a Cristo

En uno de sus textos de los años ochenta, Joseph Ratzinger, ahora papa emérito Benedicto XVI, ofrece siete claves para comprender quién es Cristo, según el testimonio de la Sagrada Escritura[1]. Analizamos aquí esas claves, con sus implicaciones principales para la oración y la vida cristiana.

(El retrato que figura a la izquierda es de Laur Iduc)


El centro de la vida de Cristo es su oración

1. “Según el testimonio de la Sagrada Escritura, el centro de la vida y de la persona de Jesús es su permanente comunicación con el Padre[2], sobre todo en su oración.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Sobre el valor especial de la vida humana

En la perspectiva bíblica, la vida en su expresión máxima es la vida divina, el hombre que propiamente vive es el que está unido a Dios, el que vive conforme a Dios. Aquí cabría evocar la idea de San Ireneo († 202): “gloria Dei vivens homo”, que podría traducirse libremente como "la vida del hombre es la gloria de Dios", o también que "el hombre vivo es la expresión de la gloria de Dios".

jueves, 10 de septiembre de 2015

La vida como algo divino

Para la Biblia, la vida es algo de Dios, en sentido fuerte, es decir no solo pertenece a Dios como su autor y Señor, sino que en último término la vida es propiamente algo divino. También por eso la vida más perfecta es la consciente de sí misma.

lunes, 24 de marzo de 2014

Actitudes para comunicar la fe




La celebración del primer año de pontificado del Papa Francisco, su estilo y sus interpelaciones, nos pueden ayudar a plantearnos: ¿es comunicable la fe? Puesto que es un don, más bien se trata de suscitar la apertura a ese don divino, que es luz e impulso para vivir. ¿Qué debemos tener en cuenta al tratar de esto con otra persona o en grupo, en una conversación de amistad o mediante charlas, coloquios u otras sesiones de formación más organizadas?

            El Papa Francisco nos ha dado algunas orientaciones al respecto, cuando aconseja que el predicador debe prepararse con cuatro ingredientes básicos: estudio, oración, reflexión y creatividad. Y si no, “es deshonesto e irresponsable con los dones que ha recibido” (Evangelii gaudium, n. 145). Pues bien, todo esto es aplicable a cada cristiano, llamado a comunicar la fe según sus propias circunstancias y en el marco de su testimonio de vida.

            Luego el Papa señala cinco puntos. Los tres primeros se refieren a la Palabra de Dios. Esto también nos conviene a todos, no solamente a los predicadores, pues el anuncio de la fe requiere primero, en el que anuncia, una respuesta “suya” a la Palabra de Dios, como condición para que pueda suscitar la fe en otros. 

martes, 18 de febrero de 2014

Contemplación y evangelización

Hay personas que piensan que rezar o examinar la propia conciencia es perder el tiempo y nos separa de los demás. Pero no es así, más bien lo contrario. Todos los sabios han señalado la contemplación como requisito para ver correctamente la realidad. Sin la oración (el diálogo con Dios) y la contemplación no es posible salir de uno mismo para ayudar a los demás. 

     Especialmente es necesario para los educadores y en general para todo cristiano, pues todos tenemos responsabilidad para ayudar a los otros en el camino hacia Dios. Es uno de los temas de fondo de la exhortación Evangelii gaudium, del Papa Francisco.

miércoles, 15 de enero de 2014

Evangelización y educación en la fe

G. B. Tiepolo, Los tres ángeles apareciéndose a Abraham (1726-29)
Palacio Patriarcal, Undine (Italia) 

Dice la exhortación Evangelii gaudium que el hecho de vivir en una sociedad de información que nos satura indiscriminadamente de datos nos vuelve superficiales y dificulta las valoraciones morales. “Por consiguiente, se vuelve necesaria una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores” (n. 64).

     Junto con esta base antropológica y ética, la educación cristiana debe ser una educación que anuncia a Jesucristo, que introduce en la liturgia y cuida la belleza, que plantea la moral desde la luz y el bien, y que, centrada en la Palabra de Dios, acompaña personalmente a la maduración personal y de fe.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Educar en el camino de la evangelización

“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Con la Exhortación apostólica Evangelii gaudium (24-XI-2013), el Papa Francisco ha puesto el broche de oro al Año de la Fe, recogiendo los trabajos del Sínodo sobre la nueva evangelización y proporcionando orientaciones precisas, elaboradas de modo personal y vivo desde su rica experiencia de trabajo pastoral, y dándole a este documento un sentido programático.