En un gesto sin precedentes, la próxima Jornada Mundial de los Jóvenes (Madrid 2011) contará con un nuevo instrumento aconsejado por Benedicto XVI para ayudarles a conocer y vivir la fe cristiana: el “Youcat” o “catecismo” para jóvenes, un libro que el Papa nos ofrece también a todos.
El Catecismo de la Iglesia Católica, referencia para la fe
En el prefacio (difundido el 2-II-2011 por el Osservatore Romano; ver traducción al castellano) Benedicto XVI expone por qué y cómo se ha hecho este texto. Comienza remontándose al Catecismo de la Iglesia Católica. Con sencillez y claridad les cuenta a los jóvenes cuál fue el motivo para su publicación, a comienzos de los años noventa: “Muchas personas ya no sabían correctamente qué debían creer propiamente los cristianos, qué enseñaba la Iglesia, si ésta podía enseñar algo tout court, y cómo todo esto se podía adaptar al nuevo clima cultural”. Muchos creyentes, incluso cristianos se hacían, como también hoy, estas preguntas: “¿El Cristianismo en cuanto tal no está superado? ¿Se puede aún hoy razonablemente ser creyente?”
Juan Pablo II decidió entonces que los obispos de todo el mundo escribieran un libro sobre la fe: “Este libro debía llevar el título tradicional de Catecismo de la Iglesia Católica, y con todo ser algo absolutamente estimulante y nuevo; debía mostrar qué cree hoy la Iglesia católica y de qué modo se puede creer de forma razonable”. Así pues había una preocupación fundamental por presentar la (única) fe cristiana, de un modo actual y razonable.
Reconoce Benedicto XVI que al principio dudaba de si esa tarea podría llevarse a cabo, sobre todo por la cuestión de la unidad de la fe: “¿Cómo podían hombres que viven en continentes diversos, y no solo desde el punto de vista geográfico, sino también intelectual y cultural, producir un texto dotado de una unidad interna y comprensible en todos los continentes?” Máxime teniendo en cuenta que los obispos debían escribir en representación de toda la Iglesia. También hoy (como ha dicho otras veces) le parece un milagro haberlo conseguido.
Unidad y diversidad de la fe cristiana: “la partitura común de la fe”
Y es que la unidad de la fe debía compaginarse con la diversidad en las expresiones de la fe (como también existen diversidades legítimas en las formas de celebrar los sacramentos y en la vida cristiana).
De un modo gráfico, señala el Papa que, ya en el tiempo de la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica, “tuvimos que constatar no sólo que los continentes y las culturas de sus pueblos son diferentes, sino también que dentro de cada sociedad existen ‘continentes’ distintos: el obrero tiene una mentalidad distinta de la del campesino, y un físico distinta de la de un filólogo; un empresario distinta de la de un periodista, un joven distinta de la de un anciano”. Y argumenta que, “por este motivo, en el lenguaje y en el pensamiento, tuvimos que ponernos por encima de todas estas diferencias, y por así decirlo, buscar un espacio común entre los diferentes universos mentales”. Una consecuencia más: “Con ello fuimos siendo cada vez más conscientes de que el texto requería ‘traducciones’ en los diversos mundos, para poder llegar a las personas con sus diferentes mentalidades y problemáticas distintas”.
Notemos que, al decir esto, no se refiere solo a las traducciones a los idiomas correspondientes, sino a las diversas culturas y mentalidades; una traducción que corresponde a las Iglesias locales, es decir a los obispos de cada lugar y, después, a los catequistas, los educadores, etc., para que transmitan los contenidos de la fe acercándolos a quienes de ellos dependen.
Con nuestras palabras, cabría señalar que el Catecismo de la Iglesia católica se planteaba en el nivel de una “inculturación general o universal”, que requería después mediaciones para los diversos lugares, edades, etc.
Por último explica el Papa cómo es el Catecismo de la Iglesia Católica, su sencilla estructura, que recoge la experiencia de siglos en sus cuatro partes: “Qué creemos / de qué forma celebramos los misterios cristianos / de que modo tenemos la vida en Cristo / de que forma debemos rezar”. Aunque, como todo producto humano puede mejorarse, entiende que “se trata de un gran libro, un signo de unidad en la diversidad. A partir de muchas voces se pudo formar un coro pues teníamos la partitura común de la fe, que la Iglesia nos ha hecho llegar desde los apóstoles, a través de los siglos, hasta hoy”.
El Catecismo de la Iglesia Católica se publicó por vez primera en 1992. En el año 2005 se hizo el Compendio del mismo Catecismo, destinado a facilitar su conocimiento y estudio (más información en C.-J. Alejos Grau, editora, "Al servicio de la educación en la fe: el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica", ed. Palabra, 2007) .
El “YouCat”, cómo y por qué
¿Cómo y por qué se plantea ahora hacer un “catecismo para los jóvenes”? Todo comenzó al contemplar cómo “en las Jornadas Mundiales de la Juventud (Roma, Toronto, Colonia, Sydney) se han encontrado de todo el mundo jóvenes que quieren creer, que están a la búsqueda de Dios, que aman a Cristo y desean caminos comunes”.
En este contexto surge la pregunta de “si no deberíamos intentar traducir el Catecismo de la Iglesia Católica a la lengua de los jóvenes y hacer penetrar sus palabras en su mundo”. Y a renglón seguido añade: "Naturalmente también entre los jóvenes de hoy hay muchas diferencias". Y así, bajo la guía del arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, que fue el coordinador del Catecismo de la Iglesia Católica, se ha realizado "un Youcat para los jóvenes". “Espero –dice el Papa– que muchos jóvenes se dejen fascinar por este libro”.
Al llegar a este punto recoge Benedicto XVI una crítica: “Algunas personas me dicen que el catecismo no interesa a la juventud de hoy”. Y como pensando en voz alta, responde: “Pero yo no creo en esta afirmación y estoy seguro de que tengo razón. Ésta no es tan superficial como se la acusa de ser; los jóvenes quieren saber en qué consiste de verdad la vida. Una novela criminal es irresistible porque nos implica en la suerte de otras personas, pero que podría ser también la nuestra; este libro es irresistible porque nos habla de nuestro propio destino y que por ello nos afecta de cerca a cada uno de nosotros”.
Leyendo esto me acordaba de un profesor que decía a sus alumnos que las novelas policíacas son un buen antídoto contra el relativismo: porque tratan de lo que ha sucedido “de verdad”, aunque alguien lo quiera ocultar o tergiversar; pero la verdad puede ser descubierta, y eso puede ser, en efecto, fascinante.
Invitación del Papa a los jóvenes
Con tales presupuestos, el Papa invita a los jóvenes con la sencillez de un padre y un amigo: “¡Estudiad el Catecismo! Este es mi deseo de corazón”. Y les dice que este texto no quiere adularles; más bien les presenta un reto: “No ofrece soluciones fáciles, exige una vida nueva por vuestra parte; os presenta el mensaje del Evangelio como “la perla preciosa” (Mt 13,45) por la cual es necesario dar cualquier cosa. Por esto os pido: ¡estudiad el Catecismo con pasión y perseverancia!”.
Consciente de que les puede costar cierto esfuerzo estudiarlo, pero que vale la pena, les anima: “¡Sacrificad vuestro tiempo por ello! Estudiadlo en el silencio de vuestra habitación, leedlo entre dos, si sois amigos formad grupos y redes de estudio, intercambiad ideas en Internet. ¡Continuad de todas las formas posibles el diálogo sobre vuestra fe!”.
Todavía alguno se preguntará por qué vale la pena. Incluso puede haber quiénes piensen que basta con tener un conocimiento superficial de la fe, que lo importante es “la vida”; o que hay que apresurarse para afrontar directamente los problemas actuales y estar abiertos a los grandes progresos de nuestro tiempo.
Precisamente por todo eso es importante y necesario conocer la fe cristiana: “Debéis conocer aquello que creéis; debéis conocer vuestra fe con la misma precisión con la que un especialista en informática conoce el sistema operativo de un ordenador; debéis conocerla como un músico conoce la pieza; sí, debéis estar profundamente enraizados en la fe de las generaciones de vuestros padres, para poder resistir con fuerza y decisión en los desafíos y las tentaciones de este tiempo. Necesitáis la ayuda divina, si vuestra fe no quiere secarse como una gota de rocío al sol, si no queréis sucumbir a la tentación del consumismo, si no queréis que vuestro amor se ahogue en la pornografía, si no queréis traicionar a los débiles y a las víctimas de abusos y de violencia”.
No oculta el Papa la presencia del pecado también el interior y en el corazón de la Iglesia. Sin embargo, aconseja a los jóvenes con claridad: “No uséis esto como pretexto para huir de la mirada de Dios, ¡vosotros mismos sois el cuerpo de Cristo, la Iglesia! Llevad el fuego intacto de vuestro amor en esta Iglesia cada vez que los hombres le han oscurecido el rostro. ‘Con solicitud incansable y fervor de espíritu, servid al Señor’ (Rom 12,11)”.
Y, para terminar, no lo hace disminuyendo la intensidad de su apelación. Al contrario, les pone ante la responsabilidad personal de la llamada divina: “Cuando Israel estaba en el punto más oscuro de su historia, Dios llamó no a las personas importantes o consideradas, sino a un joven llamado Jeremías, el cual se sintió desbordado por una misión demasiado grande: ‘Yo respondí: ¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven’. (Jer 1,6). Pero Dios no se dejó engañar: ‘El Señor me dijo: No digas: Soy demasiado joven, porque tú irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene’ (Jer 1,7)".
Una muestra más de la solicitud del Papa por la Iglesia y de su cariño por los jóvenes. Aunque no sea un documento del Magisterio de la Iglesia, el YouCat es un instrumento que puede ser muy útil para la formación de todos. Una partitura para interpretar la sinfonía de la fe en un momento crucial de nuestra historia.
Una primera versión, más breve, fue publicada en
www.analisisdigital.com, el 8-II-2011
www.analisisdigital.com, el 8-II-2011
Muy valioso este artículo. Estoy con muchas ganas de leer este catecismo. Muchas gracias, muy oportuno
ResponderEliminarGracias por su comentario. Por si le interesa el tema desde el punto de vista histórico-teológico y catequético, le pongo este link a un artículo de investigación: http://www.almudi.org/Inicio/tabid/36/ctl/Detail/mid/386/aid/580/Default.aspx,
ResponderEliminarRamiro P.