domingo, 30 de diciembre de 2012

Navidad, el más bello escondite

(Buscar el sitio para Dios y para los otros)

 
EL Greco, La adoración de los pastores (1612-1614)
Museo del Prado (Madrid)

“Jehel, un joven muchacho (judío), entró llorando precipitadamente en casa de su abuelo, el famoso Rabí Baruch. Gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas, mientras se lamentaba: mi amigo me ha abandonado, ha sido injusto y poco amable conmigo. Vamos, vamos, ¿no puedes explicármelo más despacio?, le preguntó el maestro. Sí, respondió el pequeño, hemos jugado al escondite. Y yo me he escondido tan bien que mi amigo no ha podido encontrarme. Así pues, ha dejado de buscarme y se ha ido. ¿No ha sido antipático? El más bello escondite ha perdido su belleza, porque mi amigo ha interrumpido el juego.

      En ese momento el maestro le acarició las mejillas, al tiempo que los ojos se le inundaban de lágrimas. A continuación dijo: sí, eso es muy poco cortés. Pero, ¿sabes?, lo mismo ocurre con Dios. Él se ha ocultado y nosotros lo buscamos. Imagínate lo que esto significa: Dios se ha ocultado y nosotros no lo buscamos ni siquiera una vez”.

    En esta pequeña historia -escribió Joseph Ratzinger- se puede descubrir el misterio de la Navidad...

sábado, 29 de diciembre de 2012

María: confianza, escucha, servicio

J. C. Antolínez, Anunciación (1665-1675), 
Museo del Hermitage, San Petersburgo

Navegamos en medio de una crisis de confianza. No sólo en la economía, sino ante todo en Dios y en los demás. Quizá pensamos excesivamente en términos de apariencia e influencia, éxito y victoria. La globalización de nuestras comunicaciones debería llevarnos a globalizar la actitud fundamental de María: la confianza.

     "María, icono de la fe obediente". Ese ha sido el tema que Benedicto XVI ha tratado en su audiencia general del 19 de diciembre. El saludo que el ángel dirige a la Virgen, encuentra en ella una actitud de confianza, también para los momentos difíciles; una capacidad de considerar los sucesos a la luz de la fe; una humildad que sabe escuchar y responder a Dios con entrega.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad, corazón del mundo



El origen de “el Belén” o “el Nacimiento”, como se llama entre nosotros, parece que se remonta a San Francisco de Asís, que revivió el nacimiento de Jesús en la cueva de Greccio en 1223. Después se extendería por toda Europa la costumbre de representar el Misterio de la Navidad con figurillas más o menos artísticas. Actualmente es muy popular en España y en los países de habla hispana.

     Sin duda son costumbres emparentadas con el Belén las “pastorelas” de los países latinoamericanos –sobre todo México–. Son pequeñas piezas de teatro, herederas de los “autos sacramentales” que los españoles llevaron en la evangelización primera. Todas cuentan la misma historia: la historia real de la Navidad, pero mezclada con acontecimientos actuales, no sin cierta dosis de buen humor y una chispa de ironía.

     En Oriente es muy conocido el icono de la Navidad, que viene a ser un Belén pintado, aparentemente sobrio, pero muy sugerente si se mira de cerca. Todo él es una montaña sobre la que se sitúan de un lado los ángeles (algunos en posición de adoración: otros llevan una túnica, para que como dice San Pablo “nos revistamos” de Cristo, de sus virtudes). Por otro lado vienen los Reyes magos. La Trinidad envía desde lo alto el rayo del Espíritu Santo, que se condensa en una estrella sobre la cueva oscura de Belén: el mundo que necesita a Dios.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Memoria y camino


M. Chagall, La ventana en la isla de Brehat (1924)

¿Se puede vivir sin un sentido, y sin que ese sentido tenga que ver con el amor? ¿Y qué mejor que “hacer memoria” de los dones de Dios, recorriendo el camino de la propia historia, para descubrir que ese camino sigue ahora hacia adelante, y es también para muchos?

     Benedicto XVI ha dedicado la audiencia general del 12 de diciembre a explicar “las etapas de la revelación”; es decir, la historia de la autocomunicación de Dios a la humanidad, para ofrecer su amor a todos y cada uno.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Dios que viene

Karen Blixen cuenta, en sus "Memorias de África" (Out of Africa, 1937), que una noche la despertó repentinamente un niño nativo. Se presentó silencioso en su habitación, con una lámpara en la mano, como si estuviera de guardia, “como un oscuro murciélago extraviado, con sus grandes orejas desplegadas”. Y le dijo muy solemnemente:

     “–Msabu, creo que debes levantarte”. Ella intentó que se marchara, pero él insistió y argumentó: “Creo que viene Dios”.

     Por la ventana contemplaron un extraño fenómeno: “Un gran incendio en las praderas y en las colinas, y la hierba ardía desde la cima hasta la llanura; desde la casa era casi como una línea vertical. Parecía como si una figura gigantesca se moviera y viniera hacia nosotros”. Tras un rato en silencio, ella intentó tranquilizarlo, pensando que se habría asustado. Pero su explicación no le impresionó demasiado: estaba convencido de que había cumplido con su deber al despertarla.

     “–Bueno –dijo–, puede que sea así. Pero pensé que era mejor que te levantaras en el caso de que viniera Dios”.

     Muchas culturas y religiones primitivas son capaces de captar, como un oscuro presentimiento más allá de los fenómenos naturales, el misterio de lo divino, porque todavía no les han “desencantado” el mundo, como nos pasa a los occidentales.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Acoger el proyecto de Dios


Joseph F. Brickey (1973-), Journey to Bethlehem

¿Cómo sería nuestro proyecto de vida si hubiéramos podido trazarlo personalmente? Con seguridad, no dejaríamos fuera a tantas personas que amamos; pero ¿dejaríamos fuera a las demás, nos serían indiferentes?

      La fe cristiana nos dice que Dios tiene un proyecto para cada uno de nosotros, que es, a la vez, una propuesta y una llamada para todos. Es un proyecto de amor y el amor es “benevolencia”, querer el bien para el otro. Nuestra respuesta debería ser una respuesta de amor a Dios, y, en consecuencia, a los demás. Lo ha dicho Benedicto XVI en su audiencia general del 5 de diciembre al explicar cómo “Dios revela su benévolo designio”.


martes, 11 de diciembre de 2012

El amor fiel de Dios, garantía de renovación

M. Chagall, Cristo en la noche


Renovarse o morir, se dice con raíces en los clásicos. Parece que a mitad de su vida las águilas deben enfrentarse con este proceso. Un salmo dice que Dios puede rejuvenecer el alma como el águila (103, 5).

      En la celebración de las primeras vísperas del Adviento (1-XII-2012), Benedicto XVI ha explicado, para los jóvenes universitarios de los ateneos romanos, que el amor fiel de Dios es la garantía para la auténtica renovación personal y para la renovación del mundo. Y lo ha hecho glosando las palabras de San Pablo: “El que os llama es fiel” (1 Ts 5, 24).

viernes, 7 de diciembre de 2012

Adviento: esperanza, oración, alegría



Un cuento de Adviento

El comienzo del adviento me ha traído a la memoria, una vez más, este cuento bien conocido.

     "Martín era un humilde zapatero de un pequeño pueblo de montaña. Vivía solo. Hacía años que había enviudado y sus hijos habían marchado a la ciudad en busca de trabajo.

     Martín, cada noche, antes de ir a dormir leía un trozo de los evangelios frente al fuego del hogar. Aquella noche se despertó sobresaltado. Había oído claramente una voz que le decía. ‘Martín, mañana Dios vendrá a verte’. Se levantó, pero no había nadie en la casa, ni fuera, claro está, a esas horas de la fría noche...

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Sobre el servicio de la caridad


Sucedió el 14 de Noviembre en Times Square, Nueva York. 
El policía le compró unas botas y le invitó a un café. 
No sabía que una turista le estaba sacando una foto

El trabajo y la vida ordinaria brindan muchas ocasiones 
para vivir la caridad y la misericordia aquí y ahora.


Un breve pero importante documento de Benedicto XVI subraya el papel central de la caridad en la misión de la Iglesia y la responsabilidad de los obispos en el impulso de la caridad (uno de los dos pilares de la nueva evangelización, junto con la confesión de la fe), y establece un marco normativo de referencia para las organizaciones caritativas católicas.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Para comunicar la fe: sencillez y coherencia

M. Chagall, Virgen de Tudeley (Inglaterra), 1967

¿Cómo hablar de Dos hoy, en la familia, a nuestros amigos y conocidos? Es lo que ha planteado Benedicto XVI en su audiencia general del 28 de noviembre.


Dios nos ha hablado en Jesús

     1. La primera respuesta es una mirada a la realidad según la vemos desde la fe. "La primera respuesta -señala el Papa- es que podemos hablar de Dios, porque Él habló con nosotros". Dios no es una hipótesis ni una inteligencia matemática lejana, sino que se ha autocomunicado hasta encarnarse en Jesús de Nazaret, compartiendo nuestra historia. "Dios es una realidad de nuestras vidas, es tan grande que aún así tiene tiempo para nosotros, nos cuida". En Jesús de Nazaret, que nos ha liberado del pecado y nos ha hecho hijos de Dios, encontramos la enseñanza sobre el "arte de vivir", el camino de la felicidad.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Despertar en Adviento, y quitarse los miedos


Caravaggio, La anunciación (h. 1608-1610), 
Museo de bellas artes de Nancy (Francia)


Los cristianos comienzan el año antes que los demás, como si quisieran adelantarse para anunciar algo grande; aunque en realidad es Dios, el creador del tiempo, quien señala sus etapas.

      Litúrgicamente, el año cristiano se inicia en el Adviento. Empezamos a prepararnos siempre de nuevo, como si fuera la primera vez y al mismo tiempo la última vez que viene el Hijo de Dios al mundo. Y no es “como si fuera”, sino que así “es”. Porque Dios sigue llegando como el amor-nuevo por vez primera. Llega en el “hoy” de su eternidad, que se entrecruza con nuestro “hoy”, cada vez que recomenzamos a estar más cerca de él. Esto sucede en una conversión, en una confesión, en un “quitarse los miedos, dejarlos afuera”, como dice la canción. Esto acontece sobre todo en la Eucaristía. Dios sigue llegando como el amor-juez al final de la vida de cada persona; y también, para todos los pueblos, al final de la historia.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El valor de la vida ante la razón y la fe


M. Chagall, La creación del hombre (1956-1958)
El ángel (en el que puede verse un autorretrato del pintor) posa al primer hombre 
sobre la tierra, tras la creación de los animales. 
Su brazo se funde con el de Adán, como para manifestar la Alianza amorosa de Dios con el hombre.  
La serpiente está al acecho (abajo, a la derecha), para ofrecer el fruto prohibido a Adán y Eva. 
Arriba a la derecha,  en torno a un sol rojo gira la historia de la salvación, 
con Cristo en la cruz, entremezclada con motivos de la vida del pintor, 
de raza judía y a la vez cristiano y ortodoxo. 
Arriba a la izquierda, Moisés recibe las tablas de los Mandamientos.


Al valor de la vida humana se puede llegar por la razón. Al mismo tiempo, ese valor solo se hace patente por la fe. Se trata de uno de los campos (la bioética) en los que la relación entre razón y fe se demuestra enriquecedora para las dos partes.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Fe y razón: armonía y camino


Puente del Golden Gate (1937), bahía de San Francisco
que toma ese nombre del estrecho del Bósforo (Constantinopla),
que une Europa con Asia


En su audiencia del miércoles, 21 de Noviembre, Benedicto XVI se ha centrado en la racionabilidad de la fe. Ha explicado que la fe es a la vez conocimiento y amor; que el “misterio” de Dios no es irracional; y que la armonía entre fe y razón, fe y ciencia, es el camino para llegar a la verdad sobre Dios y el hombre.


La fe es a la vez conocimiento y amor

     1. La fe es conocimiento y amor, como se comprueba al conocer las verdades de la fe (recogidas sobre todo en el Credo): “Estas verdades no son un simple mensaje sobre Dios, una información particular acerca de Él. Sino que expresan el acontecimiento del encuentro de Dios con los hombres, encuentro salvífico y liberador, que cumple con las aspiraciones más profundas del hombre, su anhelo de paz, de fraternidad, de amor”. Dicho brevemente, la fe permite conocer a Dios y saborear la vida en el mundo, y se expresa en la atención y el servicio a los demás.

martes, 20 de noviembre de 2012

Jóvenes, comunicadores de la fe




El mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro (2013) tiene como lema: “Id y haced discípulos a todos los pueblos” (cf. Mt 28,19). En él confía a los jóvenes la transmisión de la fe.

      El Papa les exhorta a responder a la convocatoria presidida por la estatua del Cristo Redentor: “Sus brazos abiertos son el signo de la acogida que el Señor regala a cuantos acuden a él, y su corazón representa el inmenso amor que tiene por cada uno de vosotros”. En el marco del Año de la Fe y de la nueva evangelización, les invita a implicarse “en este impulso misionero de toda la Iglesia: dar a conocer a Cristo, que es el don más precioso que podéis dar a los demás”.

Ateísmo práctico y testimonio de fe


Desde algún punto sobre Europa, 
cuando se abre, camino de los Alpes, hacia el Mediterráneo
(28-X-2012)

¿No puede el hombre ser feliz al margen de Dios? ¿No se puede ser honrado, colaborar en el bien común, sacar adelante una familia, servir a los demás, sin tener fe? ¿Es que acaso no se puede respetar la dignidad humana y la libertad, sin contar con Dios?

      Estas y otras preguntas se pueden responder meditando en las palabras de Benedicto XVI, durante su audiencia del 14 de noviembre.


El ateísmo práctico

      Así lo ve el Papa: “En nuestros tiempos hay un fenómeno particularmente peligroso para la fe: hay una forma de ateísmo que se define como ‘práctico’, en el que no se niegan las verdades de la fe o los rituales religiosos, sino que simplemente se consideran irrelevantes para la existencia cotidiana, separados de la vida, inútiles”. Consecuencia: “A menudo, por lo tanto, se cree en Dios de una manera superficial y se vive ‘como si Dios no existiera’ (etsi Deus non daretur)”. Pero este ateísmo “práctico” no es menos dañino para el que lo vive, al contrario: “Al final, sin embargo, esta forma de vida es aún más destructiva, porque conduce a la indiferencia hacia la fe y hacia la cuestión de Dios”.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Tres perlas en el Sínodo


En su balance del Sínodo sobre la nueva evangelización, el periodista Sandro Magister recoge tres intervenciones que expresan de algún modo el ambiente que allí debió de vivirse, al decir de los participantes.

 
Educación en la fe, los sacerdotes y los jóvenes

     La primera intervención fue la que recibió más aplausos en la sala. Tommaso Spinelli, joven catequista, laico, de Roma, habló de la educación de la fe (la catequesis), del papel de los sacerdotes y la respuesta de los jóvenes (la traducción es mía):

     “La nueva evangelización necesita sustancia: catequesis con densidad, que sepa decir algo serio a nuestra vida, pero también y sobre todo, vidas con densidad (referentes), que muestren con los hechos la solidez de quien es cristiano. Con mayor razón hoy, cuando las familias están desunidas y con frecuencia renuncian a su papel educativo, los sacerdotes testimonian a los jóvenes la fidelidad de una vocación y la posibilidad de escoger un modo de vivir alternativo y más bello respecto al propuesto por la sociedad.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Educación del deseo como camino hacia la fe


 Jruchi Gospels II MSS, Georgia: Jesús y la samaritana (s. XII)

"Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla" (Jn 4, 15)

Dice Robert Spaemann que en la educación no se trata solo de enseñar a defender los propios intereses, sino, antes y sobre todo, a tener intereses, a interesarse por algo; “pues quien ha aprendido a defender sus intereses, pero en realidad no se interesa nada más que por él, no puede ser ya más feliz” (Etica: Cuestiones fundamentales, Eunsa, Pamplona 2010, p. 48).

     Sin duda los intereses tienen que ver con los deseos. Por eso es también interesante la educación de los deseos. Es el tema que ha abordado Benedicto XVI en su audiencia general del 7 de noviembre. En ella se ha referido al “deseo de Dios”, como “un aspecto fascinante de la experiencia humana y cristiana”. Inscrito por Dios en el corazón humano, este deseo hace que sólo en Dios el hombre puede encontrar la verdad y la felicidad que no cesa de buscar (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 27).

viernes, 2 de noviembre de 2012

Nuestra fe, la fe de la Iglesia

M. Chagall, Detalle de una vidriera (1967)
Iglesia de Todos los Santos, Tudeley (Inglaterra)

     "Un cristiano que se deja guiar y formar poco a poco por la fe de la Iglesia, 
a pesar de sus debilidades, sus limitaciones y sus dificultades, 
se vuelve como una ventana abierta a la luz del Dios vivo, 
que recibe esta luz y la transmite al mundo
(Benedicto XVI)


¿Es la fe algo meramente individual, que solo interesa a cada uno? Una vez más se ha enfrentado Benedicto XVI, en su audiencia del 31 de octubre, con el individualismo que puede afectar a los creyentes.

     Por supuesto, observa, “el acto de fe es un acto eminentemente personal, que tiene lugar en lo más profundo y que marca un cambio de dirección, una conversión personal: es mi vida que da un giro, una nueva orientación”. En la liturgia del Bautismo, quien acepta la fe católica en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo responde en singular: “Yo creo”.


Creer no es individualista

    Pero, añade el Papa, explicando cómo se origina la fe personal, “este creer no es el resultado de mi reflexión solitaria, no es el producto de mi pensamiento, sino que es el resultado de una relación, de un diálogo en el que hay un escuchar, un recibir, y un responder”. Es el resultado de la relación con Jesús: “Este creer es el comunicarse con Jesús, el que me hace salir de mi ‘yo’, encerrado en mí mismo, para abrirme al amor de Dios Padre”. Y hay que entender esa relación mirando cómo es en realidad: “Es como un renacimiento en el que me descubro unido no solo a Jesús, sino también a todos aquellos que han caminado y caminan por el mismo camino”. Pues bien, este nuevo nacimiento que comienza con el Bautismo, se prolonga luego a lo largo de la vida.

miércoles, 31 de octubre de 2012

La fe como confianza que libera y transforma



En otro lugar hemos hablado de Michael Ende y su “Historia Interminable”. En Momo (1973), el mismo autor cuenta la historia de los ladrones de tiempo, los “hombres grises” que promueven un “banco de tiempo”, pero en realidad es un tiempo robado y muerto. Y de una niña que devolvió el tiempo a los hombres. Esta novela se considera, entre otras cosas, como una critica al consumismo o al materialismo. Momo es sobre todo capaz de escuchar, y por eso inspira confianza, y así contribuye a la verdadera libertad, a la verdadera vida que tiene que ver con el amor. Aunque fuera solamente por eso, puede representar la actitud de quien atiende a las necesidades de los demás.

     Confianza, que libera y vivifica plenamente la existencia humana, es la fe cristiana. A ello ha dedicado Benedicto XVI su audiencia del 24 de octubre.

     Ha comenzado con estas preguntas: “¿Qué es la fe? ¿Tiene sentido aún la fe en un mundo donde la ciencia y la tecnología han abierto horizontes, hasta hace poco tiempo impensables? ¿Qué significa creer hoy?”

Redescubrir la fe para hacerla vida




En La Historia interminable, novela publicada en 1979 por Michael Ende, el peligro es un vacío o una “nada” que avanza como una ola, hoy diríamos un tsunami que todo lo destruye, a medida que la emperatriz enferma. Quiza la emperatriz sea nuestra sociedad occidental y su enfermedad tenga diversas causas, entre ellas una crisis ética y, para los cristianos, una crisis de fe.

     En este contexto, lo que significa el Año de la fe depende lo que entendamos por fe y si la fe es algo personal y vivo, o si, por el contrario la fe es un elemento más de la vida, quiza meramente cultural, pero ajeno a las cosas que mas importan y configuran la vida cotidiana.

     En la audiencia del 17 de octubre, en pleno Sínodo sobre la nueva evangelización, Benedicto XVI comenzó un nuevo ciclo de catequesis sobre la fe,durante el Año de la fe.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Adentrarse en Cristo para anunciar la fe

Caravaggio, La incredulidad de Santo Tomás (1601-1602), 
Palacio Sansoucci, Postdam (Alemania)

Al final de la misa que celebró en la apertura del Año de la Fe (el 11 de octubre de 2012), Benedicto XVI ha hecho simbólicamente entrega de los mensajes finales del Concilio Vaticano II (en el 50º aniversario de su comienzo), junto con el Catecismo de la Iglesia Católica (del que se celebraban 20 años) a todos los fieles.

       Con ello quiere contribuir a renovar el verdadero sentido del Concilio: “La fe en Cristo, la fe apostólica, animada por el impulso interior de comunicar a Cristo a todos y a cada uno de los hombres durante la peregrinación de la Iglesia por los caminos de la historia”.


martes, 16 de octubre de 2012

Actualidad del Concilio Vaticano II: luz y llamada



El comienzo del Año de la fe, los 50 años de la inauguración del Concilio Vaticano II y los 20 del Catecismo de la Iglesia Católica, han hecho celebrativamente densos estos últimos días. 

            En la audiencia general del 10 de octubre, víspera de la magna celebración, Benedicto XVI ha ofrecido una reflexión “sobre el gran acontecimiento eclesial que ha sido el Concilio, acontecimiento del que he sido testigo directo”, citando una vez más las palabras de Juan Pablo II: “Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio como la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza” (Carta ap. Novo millennio ineunte, n. 57). Añade el Papa actual que esta imagen de la brújula es bien elocuente al pensar en la navegación de la Iglesia; sobre todo porque es preciso volver a los documentos del Concilio Vaticano II, “liberándolos de una masa de publicaciones que con frecuencia, en vez de darlos a conocer, los han ocultado”.

lunes, 15 de octubre de 2012

Evangelizar: la fe hecha caridad




“El Papa enciende el Sínodo”, se ha escrito acertadamente. Después de la homilía en la misa de inauguración, Benedicto XVI ha intervenido por vez primera en el Sínodo (Meditación en el aula del Sínodo, 8-X-2012). Arrancando de la invocación al Espíritu Santo, ha puesto el nivel muy alto.

sábado, 13 de octubre de 2012

La misa, oración en el "nosotros" de la Iglesia

W. A. Bouguereau, Piedad (1876)

La liturgia –especialmente la misa, pero también el resto de las celebraciones sacramentales y la liturgia de las horas– es escuela de oración. Y como tal, nos impulsa a salir de nosotros mismos y abrirnos a las necesidades de la familia de Dios en el mundo.

      En la audiencia general del 3 de octubre, Benedicto XVI ha querido que nos preguntemos: “¿Reservo en mi vida un espacio suficiente a la oración? Y, sobre todo, ¿qué lugar ocupa en mi relación con Dios la oración litúrgica, especialmente la santa misa, como participación en la oración común del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia?

miércoles, 10 de octubre de 2012

El dinamismo transformador de la vida cristiana


J. Copista (s. IX), Ilustración del Tetraevangelio,
Biblioteca de los Padres Armenios Mequitaristas, Viena (Austria)

La ilustración, que representa la última Cena, está reproducida en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, como colofón de la parte segunda: la celebración del Misterio cristiano.


En su primera intervención en el Sínodo para la nueva evangelización (dejando aparte la homilía de inauguración) ha dicho Benedicto XVI que evangelización equivale a la fe hecha caridad. A punto de comenzar el Año de la Fe, cabe por eso redescubrir el dinamismo que enlaza la fe, los sacramentos y la caridad. Este dinamismo es traducción, también al plano social, de las actitudes y la “manera de ser” de Cristo, por parte de cada cristiano y de la Iglesia en su conjunto.

     El Catecismo de la Iglesia Católica recoge esta afirmación: “La Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres: Para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregados por nosotros debemos reconocer a Cristo en los más pobres, sus hermanos (cf. Mt 25, 40)” (n. 1397). Y la encíclica Deus caritas est señala: “Una Eucaristía que no comporte un ejercicio práctico del amor es fragmentaria en sí misma” (n. 14). Vayamos por pasos.

La vida cristiana como culto espiritual


El Botafumeiro en la catedral de Santiago de Compostela.
Cada cristiano está llamado a dar convertir su vida en ofrenda 
de alabanza a Dios y servicio a sus hermanos


¿Qué es la vida cristiana? Benedicto XVI suele decir que consiste en el encuentro con una persona: Cristo, con todo lo que se deduce de ese encuentro. Por eso la existencia del cristiano se puede explicar como la ofrenda y el servicio de la propia existencia a Dios y, por Él, a los demás.

jueves, 4 de octubre de 2012

Sacramentos y cultura de la imagen


¿Qué tienen que ver los sacramentos con la actual cultura de los símbolos, de los “iconos” y de la imagen? Como dice la tradición cristiana con términos de la teología medieval, los sacramentos son “signos e instrumentos” de la unión con Dios. Esta unión que llamamos “vida de la gracia”, es vida de amistad con Dios. Cristo nos la da en Él por la acción del Espíritu Santo y así nos une al Padre. Es vida que participamos con todos los que están unidos en el Cuerpo (místico) de Cristo, que es la Iglesia.

La liturgia, escuela de oración y de vida



      Hacemos oración para relacionarnos con Dios. Benedicto XVI ha subrayado que, propiamente, “sólo en Cristo” y con la ayuda del Espíritu Santo “el hombre está capacitado para unirse a Dios” (Audiencia general, 26-IX-12).

    Se pregunta el Papa: “¿Cómo puedo dejarme formar por el Espíritu Santo y por lo tanto volverme capaz de entrar en la atmósfera de Dios, de orar con Dios? ¿Cuál es esta escuela en la cual Él me enseña a orar, viene y me ayuda en mi esfuerzo por dirigirme de la manera correcta a Dios?”  

     Y su respuesta abarca la relación entre la fe (respuesta a la Palabra de Dios), los sacramentos y el servicio cristiano al mundo (la caridad), incluyendo la oración, la Iglesia y la evangelización.

martes, 2 de octubre de 2012

El acento antropológico del Catecismo

                                              

El Greco, San Juan contempla la Inmaculada Concepción (1580-86)
Museo de la Santa Cruz, Toledo (España)

Esta imagen introduce la parte tercera sobre "la vida en Cristo" 
en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, que dice:
"Abajo, a la izquierda, el apóstol Juan, que contempla a la Inmaculada, 
simboliza a los fieles, que ven en la Santísima Virgen el modelo perfecto 
y, al mismo tiempo, la maestra y guía en la vida del Espíritu"


No rara vez, especialmente a partir de la época moderna, se ha presentado la vida cristiana como enemiga, o al menos recelosa, de los valores humanos: de los intereses y las alegrías de las personas, de la belleza en el cuerpo y en el arte, la espontaneidad de la vida, el bienestar, el progreso y la cultura, el deporte, la amistad y el amor. Desde esta perspectiva se ha invitado a que los cristianos se queden con su valle de lágrimas y su paraíso celestial, y dejen a los demás buscar la felicidad en la tierra, salvarse a sí mismos (cf. J. Mouroux, Sentido cristiano del hombre, ed. Palabra, Madrid 2001, pp. 32-33).

     Nada más ajeno a la fe y a la vida cristiana que los planteamientos que separan la fe de la vida corriente, y que provocan el rechazo a una pseudorreligión. Lo contrario enseña el Catecismo de la Iglesia Católica.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Ante el Año de la Fe: conversión y servicio


Iliya Efimovich Repin, Jesús curando a la hija de Jairo (1871)
Museo Nacional de Rusia


Las palabras de Benedicto XVI en Beirut, el 16 de septiembre, pusieron el dedo en la llaga, al plantear la necesidad de la conversión personal para seguir a Cristo y servir a quienes nos rodean. Ante el Año de la fe, cada uno ha de comenzar por su propia conversión o “reconversión” (nunca es sólo un problema de “los otros”, o de “los demás”). Pero, ¿cómo se hace eso de “convertirse” en la práctica?

viernes, 28 de septiembre de 2012

La fe es de los jóvenes



Durante su viaje al Líbano, el 15 de septiembre Benedicto XVI se encontró con los jóvenes en Bkerké. Y sus palabras, como siempre, van más allá de sus destinatarios inmediatos. Son una interpelación para todos nosotros y para todos; porque la fe, la fe vivida, es propia de los verdaderamente jóvenes; porque la fe tiene que ver con la capacidad de soñar y alcanzar lo mejor de los sueños.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Edificar la Iglesia como familia de Dios

J. B. Maino, Pentecostés (1615-1620), Museo del Prado

Una de las grandes “autopistas” del Catecismo de la Iglesia Católica es la proyección, el alcance o el horizonte eclesiológico que transmite. Es decir, la conciencia de que la Iglesia es el ámbito, el hogar, por decirlo con expresión querida a Benedicto XVI, el “nosotros” de la fe.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Hablar de Dios


Biblia de Souvigny, Miniatura sobre los días de la Creación
Biblioteca Municipal, Moulins, Francia

(Imagen que figura en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica 
para introducir la explicación de la profesión de la fe)


A las puertas de un sínodo sobre la nueva evangelización, es oportuno preguntarse si podemos hablar de Dios. Teniendo en cuenta que Dios es un ser infinito (por tanto, "absolutamente simple" en el sentido de "no compuesto" como son todas las criaturas), que nos sobrepasa en su realidad, ¿cómo es posible que nuestras palabras, de por sí siempre limitadas, sean adecuadas para expresar adecuadamente algo de su ser?

jueves, 20 de septiembre de 2012

Cristo, centro del Catecismo

             Cristo Pantócrator, Catedral de Cefalú (Sicilia)

Situados ante el Año de la Fe, que debería ser también el “Año del Catecismo” (Benedicto XVI, Encuentro con el clero de Roma, 23-II-2012), conviene preguntarse por el centro del Catecismo. Pues bien, Cristo y su Misterio –su persona y su vida en relación con nosotros– es el centro del Catecismo de la Iglesia Católica y de su Compendio. ¿Pero qué quiere decir esto?

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Fe y testimonio cristiano

R. Van der Weyden, El descendimiento de la Cruz (1435), 
Museo del Prado

Como interpreta en su web el Museo del Prado, 
este cuadro muestra admirablemente la afirmación de Jesús según el evangelio según San Juan: "Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos" (Jn 15, 13). 
En efecto, a eso conduce la fe cristiana y en eso consiste el testimonio de la vida cristiana.

El cuadro forma parte de la colección que se expuso con motivo de la JMJ-Madrid 2011.

La última parte del Documento para el sínodo sobre la nueva evangelización insiste en algunas cuestiones decisivas: la relación entre la fe y la razón, la ciencia y la belleza; la importancia del testimonio cristiano; y, para todo ello, la centralidad de Cristo en la fe y en la vida cristiana, que de Él toma su nombre.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Evangelización y educación



Sebastiano del Piombo, Descenso de Cristo al limbo de los justos (1516)
Museo del Prado, Madrid

(Cristo, con el estandarte de su victoria sobre la muerte y el pecado, se inclina hacia Adán y Eva, que esperan ser rescatados del "limbo", donde estaban las almas de los justos antes de la resurrección de Cristo. Tras él, la figura de Dimas, el buen ladrón, que carga con su cruz)

La globalización de la cultura, con sus ventajas e inconvenientes, demanda una atención especial a la educación. La convocatoria de un sínodo sobre la nueva evangelización nos lleva a preguntarnos cómo renovar el anuncio del mensaje cristiano y la educación en la fe, para responder a esas demandas.

     Dice el Concilio Vaticano II: “Es propio de todo el Pueblo de Dios (…) auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina, a fin de que la Verdad revelada pueda ser mejor percibida, mejor entendida y expresada en forma más adecuada” (GS, 44). 


Los nuevos evangelizadores


 Cuando oímos hablar de un evangelizador, se supone que pensamos en un misionero enjuto y de cara seria. Sin embargo, Antonio, el adolescente protagonista de “Maktub” (P. Arango, 2011), es un genuino evangelizador a su manera.

     ¿A quienes corresponde transmitir la fe? ¿Cómo deben ser los nuevos evangelizadores? ¿Cuál es el fundamento más seguro y las consecuencias principales de su tarea? ¿Y cómo debe ser su lenguaje?

Contenidos y pedagogía de la fe



Transmitir la fe es el objetivo de la nueva evangelización. Esto implica la fe de los cristianos y la entera vida de la Iglesia, pues “no se puede transmitir lo que no se cree y no se vive”.

"Conocer la fe" para vivirla y transmitirla

     Hoy se requiere, y así lo ha pedido Benedicto XVI para el Año de la Fe, una confirmación de los contenidos esenciales de la fe. Sólo será posible si los cristianos dan testimonio de cómo la fe cristiana “transforma la vida con el gran don de la filiación divina en la comunión eclesial” (Documento de trabajo para el Sínodo sobre la nueva evangelización, n. 94). Es decir: al hacernos hijos de Dios, la fe vivida nos hace hermanos, miembros de la misma familia de Dios, que es la Iglesia, como germen de solidaridad y fraternidad en el mundo.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Nueva evangelización y vida cristiana





Todas las personas, las familias y las sociedades aspiran a una vida más plena, en la que se cumplan sus anhelos de belleza y de comunicación, de solidaridad y de justicia. Basta ver películas tan diferentes como “La ganadora” (The Prize Winner of Defiance, Ohio, J. Anderson, 2005), “También la lluvia” (I. Bollaín, 2010), o “El Havre” (A. Kaurismäki, 2011). ¿Cómo se sitúa, en este contexto la “nueva evangelización” y qué papel tiene ahí la vida cristiana?

sábado, 1 de septiembre de 2012

EL Catecismo en el marco de la Trinidad



M. Chagall, Abraham y los tres ángeles, 1958-1960

La Trinidad está presente de modo privilegiado en el arte cristiano. Por ejemplo, los tres misteriosos personajes que se le aparecen a Abraham en la encina de Mambré (cf. Gn 18, 1-15) se han considerado en los iconos cristianos desde el siglo IV como evocadores de Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo).

miércoles, 29 de agosto de 2012

Santidad y mundo


¿No es verdad que el mensaje cristiano proviene del futuro –no pertenece al pasado– y por eso interesa mucho en el presente? ¿Acaso el mundo no se encuentra sólo en la época “después de Cristo” sino, y sobre todo, en el “tiempo antes de Cristo”? Esto es lo que le plantean a Benedicto XVI en un pasaje central del libro-entrevista “Luz del mundo” (pp. 76-77).

      Sí, dice el Papa. Y por eso los cristianos –como ya hizo Juan Pablo II– debemos ser capaces de exponer nuevamente “el mensaje de la fe desde la perspectiva de Cristo que viene”. Debemos hacerlo de una manera en cierto sentido original, puesto que “a menudo, esa condición de Cristo que viene se ha proclamado en fórmulas que, si bien son verdaderas, al mismo tiempo han envejecido”. Han perdido su significado o éste ha sido falseado.

martes, 28 de agosto de 2012

Estructura y finalidad del Catecismo de la Iglesia Católica


Logotipo del Catecismo de la Iglesia Católica, diseñado según una lápida cristiana de las catacumbas de Domitila (s. III). Esta imagen, de origen pagano, simboliza el descanso y felicidad de la vida eterna. En relación con el Catecismo, la imagen representa a Cristo, Buen Pastor, que guía y protege a sus fieles (las ovejas) con su autoridad (el cayado), los atrae con la suave sinfonía de la verdad (la flauta), y los hace reposar a la sombra del "árbol de la vida": su cruz redentora (cf. Catecismo y su Compendio, contraportada)

*     *     *

Una de las claves del Catecismo de la Iglesia Católica y de su Compendio es su estructura, compuesta por cuatro partes en este orden: el Credo, los sacramentos, la moral y la oración. El Catecismo toma esta estructura del Catecismo Romano o Catecismo de Trento (s. XVI) y la presenta de un modo nuevo, acorde con las necesidades actuales.

sábado, 25 de agosto de 2012

Empezar de nuevo con Dios

W. A. Bouguerau, Tobías despidiéndose de su padre (1860), 
L`Hermitage (San Petersburgo)

El punto de partida de este pontificado ha sido la afirmación de Dios como amor (“Deus caritas est”). Esa es la Buena Noticia del cristianismo, lo más positivo, alegre y esperanzador que pueda conocerse y experimentarse. Luego, Benedicto XVI ha ido desarrollando ese mensaje central del Evangelio, dirigiéndose a la vez al mundo y al interior de la Iglesia, como hizo el Concilio Vaticano II. Todos sus textos y alocuciones contienen esta propuesta de valor único pero diferenciado, para la sociedad entera y particularmente para los cristianos.

martes, 14 de agosto de 2012

La transmisión de la fe: una tradición viva


Beato Angelico, El Sermón de la Montaña (1436-1443), Museo de San Marcos, Florencia

La fe cristiana puede sintetizarse en las palabras de Jesús cuando envía a sus apóstoles: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en al nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado” (Mt 28, 19-20).


La fe que transmiten los Evangelios y los "Credos"

     Esa es la fe que siguiendo el ejemplo y el mandato de Cristo, predicaron los apóstoles. Es la fe que explican los Evangelios, de forma narrativa, para diversos destinatarios. Es la fe que vivieron y “rezaron” los primeros cristianos (individualmente y en la liturgia de la Iglesia) y la transmitieron a sus amigos, parientes y conocidos, con ocasión de sus relaciones sociales y sus viajes. Ese núcleo primero de la fe cristiana (la fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo) se “desplegó” en los primeros siglos a través de “fórmulas de fe”. Las más importantes son los “Símbolos de la fe” o Credos (como el llamado Símbolo de los Apóstoles y el Credo de Nicea-Constantinopla, que seguimos rezando en la misa). Sirvieron como síntesis de la “tradición” (del latín “tradere”, entregar) de la Iglesia, que es vida y doctrina, también para hoy, como condición para que la fe siga transformando los corazones, las inteligencias y las culturas.

sábado, 11 de agosto de 2012

Cristianos en los escenarios de la nueva evangelización


 Representantes de México en la inauguración de las Olimpiadas de Londres 2012


Ante los escenarios de la nueva evangelización (sociocultural y económico, político, científico y tecnológico, etc.), el Documento para el sínodo de la nueva evangelización anima a discernir las luces y las sombras de la experiencia cristiana.

martes, 31 de julio de 2012

El Catecismo del Concilio Vaticano II para la nueva evangelización




Alguien dijo que leemos para saber que no estamos solos (de la película “Tierras de penumbra”, Shadowlands, R. Attenborough, 1993). Quizá hoy se podría decir, pensando en los móviles y en fenómenos como el “whatsapp”: llamamos para saber que no vivimos solos.

     Y no lo estamos. Al menos los cristianos lo sabemos. La fe nos asegura que Dios nos ha querido salvar no individualmente sino por medio de una familia –la Iglesia–, semilla de unidad en la familia humana.


martes, 17 de julio de 2012

Jesucristo, la gran noticia de Dios

Multiplicación de los panes y de los peces,
Iglesia de San Salvador, Chora (Estambul),
fotografía de D. Osseman


Ser cristiano es ser apóstol, tener una misión. El apostolado cristiano, la evangelización, consiste en contarle al mundo nuestro encuentro personal con Jesucristo: comunicar (ante todo con la coherencia de nuestra vida) esta buena noticia, la gran noticia, la mejor noticia para cada persona y para la humanidad.

      ¿Y cuál es esta noticia? Que Dios no sólo nos ha hablado en su creación, en el mundo que nos rodea, y también en las Escrituras; sino que nos ha enviado a su Hijo para liberarnos del pecado y, por medio de la Eucaristía, darnos una vida plena. Esto nos hace testigos y anunciadores del Evangelio.