Así como se puede ver en el encuentro de Jesús con Zaqueo, también los jóvenes, deben vencer tres obstáculos, que explica el Papa muy pegado a la situación real de los jóvenes, hablándoles de las virtudes cristianas más importantes con el vocabulario de su cultura digital.
Punto de encuentro para educadores, catequistas y personas interesadas en la formación cristiana
viernes, 12 de agosto de 2016
Vivir desde el encuentro con Jesús
Como conclusión de las jornadas con los jóvenes en Cracovia, el Papa Francisco les ha propuesto vivir desde el encuentro con Jesús (Homilía de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, Cracovia, 31-VII-2016). Ahora bien, ese encuentro es iniciativa de Jesús mismo: “Jesús desea acercarse a la vida de cada uno, recorrer nuestro camino hasta el final, para que su vida y la nuestra se encuentren realmente”.
Así como se puede ver en el encuentro de Jesús con Zaqueo, también los jóvenes, deben vencer tres obstáculos, que explica el Papa muy pegado a la situación real de los jóvenes, hablándoles de las virtudes cristianas más importantes con el vocabulario de su cultura digital.
Así como se puede ver en el encuentro de Jesús con Zaqueo, también los jóvenes, deben vencer tres obstáculos, que explica el Papa muy pegado a la situación real de los jóvenes, hablándoles de las virtudes cristianas más importantes con el vocabulario de su cultura digital.
lunes, 8 de agosto de 2016
No adormecerse, dejar huella
En la vigilia de oración, durante la Jornada mundial de la juventud, los jóvenes se han encontrado con los rostros de tantos otros, de todo el mundo, que no son anónimos sino miembros de una misma familia. “Nuestra respuesta a este mundo en guerra –les ha dicho Francisco– tiene un nombre: se llama fraternidad, se llama hermandad, se llama comunión, se llama familia” (Palabras durante la Vigilia de oración, Cracovia, 30-VII-2016).
Después de la muerte de Jesús y antes de Pentecostés, los apóstoles estaban encerrados por miedo, atenazados por el entorno, arrinconados en una pequeña habitación, quietos y paralizados. “En ese contexto –señala el Papa–, pasó algo espectacular, algo grandioso. Vino el Espíritu Santo y unas lenguas como de fuego se posaron sobre cada uno, impulsándolos a una aventura que jamás habrían soñado. La cosa cambia totalmente”.
Después de la muerte de Jesús y antes de Pentecostés, los apóstoles estaban encerrados por miedo, atenazados por el entorno, arrinconados en una pequeña habitación, quietos y paralizados. “En ese contexto –señala el Papa–, pasó algo espectacular, algo grandioso. Vino el Espíritu Santo y unas lenguas como de fuego se posaron sobre cada uno, impulsándolos a una aventura que jamás habrían soñado. La cosa cambia totalmente”.
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