M. Chagall, La creación del hombre (1956-1958)
El ángel (en el que puede verse un autorretrato del pintor) posa al primer hombre
sobre la tierra, tras la creación de los animales.
Su brazo se funde con el de Adán, como para manifestar la Alianza amorosa de Dios con el hombre.
La serpiente está al acecho (abajo, a la derecha), para ofrecer el fruto prohibido a Adán y Eva.
Arriba a la derecha, en torno a un sol rojo gira la historia de la salvación,
con Cristo en la cruz, entremezclada con motivos de la vida del pintor,
de raza judía y a la vez cristiano y ortodoxo.
Arriba a la izquierda, Moisés recibe las tablas de los Mandamientos.
Al valor de la vida humana se puede llegar por la razón. Al mismo tiempo, ese valor solo se hace patente por la fe. Se trata de uno de los campos (la bioética) en los que la relación entre razón y fe se demuestra enriquecedora para las dos partes.