Responder a la pregunta “qué es el espíritu navideño”, observaba el cardenal Bergoglio, no es fácil en un tiempo de consumismo (y, hoy cabría añadir, de tantos problemas, dificultades y persecuciones, como ha reflejado Francisco este año en su bendición de Navidad).
Punto de encuentro para educadores, catequistas y personas interesadas en la formación cristiana
domingo, 28 de diciembre de 2014
Espíritu de la Navidad
En diciembre de 2011 el cardenal Jorge Mario Bergoglio refería la pequeña historia de una niña que le contaba a una amiga lo que había pedido a sus padres para la Navidad: “Les había pedido a sus padres que no le regalaran juguetes sino ‘espíritu navideño’, y sus padres quedaron desconcertados, sin entender ni saber qué hacer”. Y comentaba el arzobispo de Buenos Aires que ese mensaje le había parecido agudo, y que planteaba la pregunta: Qué es el espíritu navideño?
Responder a la pregunta “qué es el espíritu navideño”, observaba el cardenal Bergoglio, no es fácil en un tiempo de consumismo (y, hoy cabría añadir, de tantos problemas, dificultades y persecuciones, como ha reflejado Francisco este año en su bendición de Navidad).
Responder a la pregunta “qué es el espíritu navideño”, observaba el cardenal Bergoglio, no es fácil en un tiempo de consumismo (y, hoy cabría añadir, de tantos problemas, dificultades y persecuciones, como ha reflejado Francisco este año en su bendición de Navidad).
martes, 16 de diciembre de 2014
Alegría, don del adviento
Aunque algunos indicadores anuncian que comenzamos a salir de una crisis, sin embargo hay muchos que todavía la padecen en el día a día de sus vidas, sin trabajo, y sin horizontes para sacar adelante sus familias. En tantos lugares del planeta se vive el drama de las guerras y persecuciones, precisamente en este tiempo del Adviento que prepara para la buena noticia, la alegría de la Navidad. Ante los sufrimientos físicos y espirituales de tantas personas, heridas por la vida y huérfanos de alegría, ¿será bueno manifestar nuestra alegría, esa alegría del Adviento por la venida del Señor, y ofrecernos a compartirla con los demás?
Se lo preguntaba Benedicto XVI hace ocho años ante la inminencia de la Navidad ¿”Cómo compartir con ellos la alegría sin faltarles al respeto por su sufrimiento?”. Y respondía: “La invitación a la alegría no es un mensaje alienante, ni un paliativo estéril, sino más bien una profecía de salvación, un llamamiento a un rescate que parte de la renovación interior” (Angelus, 17-XII-2006).
Se lo preguntaba Benedicto XVI hace ocho años ante la inminencia de la Navidad ¿”Cómo compartir con ellos la alegría sin faltarles al respeto por su sufrimiento?”. Y respondía: “La invitación a la alegría no es un mensaje alienante, ni un paliativo estéril, sino más bien una profecía de salvación, un llamamiento a un rescate que parte de la renovación interior” (Angelus, 17-XII-2006).
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