Si bien es algo que tiene un significado especial para los que trabajan en un Dicasterio romano, al servicio de la Iglesia universal, sin embargo es interesante como perspectiva general para todos y particularmente para los fieles laicos.
El Papa desarrolló su argumento en torno a dos “imágenes”: "sentir con el corazón de la Iglesia" y “tener una mirada de hermanos”.