M. Chagall, litografía sobre La Odisea (1974)
Francisco no desea que nos quedemos bloqueados por el miedo, porque el miedo nos debilita, nos empequeñece, nos paraliza (cf. Homilía en Santa Marta, 15-V-2015). Por otra parte, Jesús nos manda amar. Pero ¿se puede mandar el amor? ¿Qué pensaríamos si alguien nos dijese: “te mando que me ames”? ¿Y si tenemos miedo a amar?