Giotto, Domingo de Ramos (h. 1305),
capilla Scrovegni, Padua (Italia)
El Domingo de Ramos de 2013, el Papa Fracisco ha hablado a los jóvenes de alegría y cruz. Un año después nos preguntaba a cada uno quién somos y cómo nos situamos ante la pasión del Señor.
Muchas representaciones artísticas –por ejemplo el cuadro de Giotto– nos muestran cómo debió de ser el “primer” Domingo de Ramos.
Con serenidad va Jesús al encuentro de su pasión y acepta la alegría de los niños y de la gente sencilla que le aclaman.
“Jesús –observa el Papa– ha despertado en el corazón tantas esperanzas, sobre todo entre la gente humilde, simple, pobre, olvidada, esa que no cuenta a los ojos del mundo. Él ha sabido comprender las miserias humanas, ha mostrado el rostro de misericordia de Dios y se ha inclinado para curar el cuerpo y el alma” (Homilía en el Domingo de Ramos, 24-III-2013).